El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Ya conoces el Acueducto del Padre Tembleque en el Estado de México

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Cruzando una impresionante barranca del estado de Hidalgo, este gran acueducto nos presenta una formidable obra de ingeniería y una muestra maestra de integración entre ambiente natural y arquitectura. Este acueducto lleva tan curioso nombre en honor de quien lo construyó, el Padre Fray Francisco de Tembleque, un español natural de Toledo, quien arribó a nuestra nación en la segunda mitad del siglo XVI.

Al arribar al Altiplano Mexicano, Tembleque se dio cuenta de que hacía falta llevar agua a los habitantes de la región. Estos últimos habitaban en un clima templado con una bien definida estación de sequía, la cual imposibilitaba el cultivo de algunos valiosos alimentos. Para conseguir este valioso objetivo, tuvo la idea de levantar una estructura que llevara agua desde el Cono del Tecajete hasta la comunidad de Otumba, cruzando más de 40 kilómetros de territorio y superando una honda barranca en el camino.

Es precisamente sobre esta barranca, donde se extiende la parte más famosa del Acueducto del Padre Tembleque. Es la parte más cercana al Pueblo de Tepeyehualco, una enorme estructura que se levanta a una altura de más de 35 metros. Los hermosos arcos del acueducto forman edificados con la sólida piedra de la región y mano de obra de los indígenas locales.

Para construir este gran acueducto se colocaron en primera instancia los pilares de piedra que fueron alineados a una altura idéntica con una exactitud asombrosa. Para construir esta importante obra hidráulica, en especial sus años se utilizaron procedimientos artesanales excelentes, que le brindaron solidez y estabilidad al acueducto.

Todo ello se proyectó como una impresionante proeza para el tiempo en el que fue construido el acueducto. Se trata de un verdadero tesoro turístico y una de las construcciones hidráulicas más ambiciosas de todo el orbe.

Para arribar el Acueducto del Padre Tembleque hay que utilizar la carretera México-Teotihuacán, y después el desvío a Ciudad Sahagún hasta la ruta que lleva a Tepeyehuako. Este trayecto se lleva a cabo en aproximadamente 90 minutos desde el centro de la capital mexicana.

La visita al Acueducto del Padre Tembleque puede complementarse con un recorrido a las haciendas pulqueras de los Llanos de Apan y también el Ex Convento de Acolman, ya en el regreso al Distrito Federal. Vale la pena tomar este atractivo paseo a uno de los atractivos arquitectónicos coloniales más sobresalientes del territorio mexicano.