El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Tesoros turísticos de Aculco

Nota sobre Tesoros turísticos de Aculco

Aculco, un pintoresco pueblo mágico en el Estado de México, es un destino turístico que cautiva a quienes buscan sumergirse en la rica historia, la arquitectura colonial y la belleza natural de México. Rodeado de montañas y valles, Aculco ofrece a los visitantes una experiencia única que combina tradición, cultura y actividades al aire libre.

El corazón de Aculco es su plaza principal, un lugar lleno de encanto y rodeado de construcciones coloniales que evocan la herencia histórica de la región. La Parroquia de San Jerónimo, una imponente iglesia construida en el siglo XVI, domina la plaza con su arquitectura barroca y su fachada ornamentada. La iglesia es un testimonio de la influencia religiosa y cultural que ha moldeado la identidad de Aculco a lo largo de los siglos.

Caminar por las calles empedradas del centro histórico de Aculco es como dar un paso atrás en el tiempo. Edificios coloridos con balcones de hierro forjado y puertas de madera tallada transportan a los visitantes a una época pasada. La arquitectura tradicional se mezcla con tiendas de artesanías, donde se pueden encontrar productos locales, como textiles, cerámica y joyería, que reflejan la destreza artesanal de la comunidad.

El Museo Comunitario de Aculco es una parada imperdible para aquellos que desean sumergirse en la historia y la cultura local. Este museo, gestionado por la comunidad, alberga una colección de artefactos históricos, fotografías antiguas y exhibiciones que narran la evolución de Aculco a lo largo de los años. Los guías locales ofrecen relatos apasionantes que complementan la experiencia de explorar las salas del museo.

Los amantes de la naturaleza encontrarán en Aculco un paraíso de paisajes montañosos y actividades al aire libre. La Cascada del Salto del Río, un espectacular salto de agua rodeado de exuberante vegetación, es un destino popular para caminatas y paseos en la naturaleza. Aquellos que buscan aventuras más emocionantes pueden explorar las grutas y cavernas cercanas, como la Cueva de la Monja, que ofrece una experiencia única de espeleología.

La Ruta de las Haciendas es otra opción fascinante para explorar la riqueza histórica y arquitectónica de la región. Las antiguas haciendas, como la Hacienda de San Antonio Matute, cuentan historias de la época colonial y ofrecen una visión única de la vida en el México del pasado. Muchas de estas haciendas han sido restauradas y ahora sirven como lugares de hospedaje o restaurantes que permiten a los visitantes sumergirse en el ambiente de la época.

La gastronomía de Aculco es una deliciosa mezcla de sabores tradicionales. Los platillos locales incluyen antojitos como tlacoyos, gorditas y tamales, todos preparados con ingredientes frescos y auténticos. Los restaurantes locales ofrecen una experiencia culinaria única, donde los comensales pueden degustar la auténtica cocina mexicana en un ambiente acogedor y lleno de encanto.

Las festividades en Aculco añaden un toque especial a la experiencia turística. Durante eventos como la Fiesta de San Jerónimo, el pueblo se llena de música, danzas folklóricas y celebraciones religiosas. Estas festividades ofrecen a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la cultura local y participar en celebraciones llenas de alegría y color.

En cuanto a hospedaje, Aculco cuenta con una variedad de opciones que van desde acogedoras posadas hasta haciendas restauradas que ofrecen una experiencia única de alojamiento. La hospitalidad de los lugareños contribuye a que los visitantes se sientan bienvenidos y parte de la comunidad.

Así entonces, Aculco es un destino turístico que combina la belleza natural, la riqueza histórica y la autenticidad cultural. Desde su plaza principal con la majestuosa Parroquia de San Jerónimo hasta las rutas de haciendas y las cascadas escondidas, Aculco ofrece una experiencia integral para aquellos que buscan explorar la auténtica belleza de México en un entorno pintoresco y lleno de historia. Este rincón encantador del Estado de México invita a los viajeros a descubrir la magia de su patrimonio y a disfrutar de una experiencia única lejos de las rutas turísticas convencionales.

En un ambiente de montañas y cascadas, peñas y verde fronda, Aculco, en el Estado de México, es una de las comunidades más pintorescas y coloridas de la entidad.

Aculco preserva una arquitectura colonial con casas y callejones de vastos patios y corredores.

Son abundantes las calles adoquinadas y las columnas de cantera.

La apacible plaza central se engalana con la Parroquia de San Jerónimo construida en el siglo XVI y el Santuario del Señor Nenthe, considerado como milagroso por muchos lugareños.

Aculco es un municipio mexiquense con varias riquezas silvestres dignas de mencionar.

En este campo, sobresale la Presa Ñadó, en un ambiente de especial hermosura, la cual abastece la Cascada de la Concepción o bien, El Salto de Tixhiñu con su magnífico panorama de columnas basálticas que se extienden de manera monumental.

Es posible observar a varios de los habitantes de Aculco vistiendo trajes típicos de la cultura otomí, con tejidos de lana e ixtle y ayates, morrales y distintas prendas de vestir.

En el centro de esta hermosa población mexiquense se observa la preciosa Parroquia de San Jerónimo, edificada en el siglo XVI, y que atesora en su sacristía una de las mejores obras del artista novohispano Miguel Cabrera.

A escasas calles del Centro de Aculco, tenemos el Balneario Municipal, relevante centro recreativo para turistas y lugareños.

Un gran sistema montañoso del Estado de México, termina en el municipio de Aculco específicamente con el Cerro de Ñadó, mismo que posee una magnífica peña de 3,300 metros de altura, todo un desafío para los aficionados al alpinismo.

En las proximidades de la presa Ñadó, excelente para la pesca deportiva y los almuerzos campestres, pueden tenerse espectaculares paisajes de las Cascadas de la Concepción, y Tixhiñú, columnas de basalto y grandes formaciones rocosas.

Es un territorio con toda la magia otomí. Por cierto que esta etnia indígena se acostumbra vestir ropas con abundantes bordados, olanes y colores diversos. Por lo que se refiere a las artesanías, en Aculco pueden hallarse hermosas creaciones en cantera.

El antes mencionado Balneario Municipal, localizado en las calles de Iturbide y Corregidora, es uno de los principales atractivos turísticos de Aculco.

Tiene una divertida alberca olímpica, la cual es excelente para practicar la natación o para refrescarse en un día soleado. En los periodos de vacaciones, el Balneario Municipal se le colma con puestos de antojitos típicos, puestos de artesanías variadas y conciertos musicales que aumentan notablemente el entretenimiento.

Igual recomendamos la Parroquia de San Jerónimo, cuyos orígenes datan en 1540.

Se define por la sencillez particular de la arquitectura franciscana y un particular estilo del medioevo en Europa.