El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Sorpréndete con los paisajes de Valle de Bravo

Nota sobre Sorpréndete con los paisajes de Valle de Bravo
La ruta para llegar a Valle de Bravo nos anticipa parte de las bellezas que nos aguardan en este Pueblo Mágico del Estado de México. Ya desde la carretera se pueden contemplar y admirar suntuosas residencias y grandes clubes de golf. Por supuesto, también destacan los hermosos bosques que definen a esta parte del territorio mexiquense.

En la actualidad, las casas con mayor antigüedad aparecen de espaldas a la presa, sin embargo, existen diferentes calles empedradas que conducen directamente al muelle, es decir, al corazón mismo de este Pueblo Mágico.

Justo allí, los yates zarpan cada cierta hora, repletos de visitantes, con ánimos de divertirse y de contemplar los paisajes más encantadores de Valle de Bravo. Varias lanchas rápidas proporcionan sus servicios para que los turistas puedan entregarse a las emociones del ski acuático.

El cielo por su parte, aparece salpicado de puntos de colores: son los parapentes en vuelo de los deportistas extremos que acuden a Valle de Bravo y Avándaro, con el objetivo de experimentar grandes descargas de adrenalina y medir sus destrezas.

Pero además, para los aficionados al turismo cultural también hay mucho por disfrutar en este maravilloso destino: existen algunos restos prehispánicos en el yacimiento "La Peña" y varias construcciones de los días virreinales.

Así también, en Plaza Independencia se levanta la Iglesia de San Francisco de Asís, la cual, por supuesto, tiene una gran influencia franciscana.