El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

¿Qué hay para comer hoy, Hotel Villa Tequila?

Nota sobre ¿Qué hay para comer hoy, Hotel Villa Tequila?

Luego de hacer un increíble recorrido por la fábrica de tequila La Rojeña, Fer y yo dimos un breve paseo por la plaza central del pueblo mágico de Tequila, en Jalisco. Nos tomamos fotos en el kiosko y esperamos nuestro turno para hacer una selfie en la que también apareciera el nombre de este precioso destino en enormes letras de colores, una tendencia turística que parece haberse hecho común en todas y cada una de las ciudades mexicanas.

En un local ubicado a un costado de la plaza compramos una nieve de tequila (¿por qué no?), un elote con limón y chile y también un “jarrito loco”, un cantarito de barro cuya orilla es cubierta con chile piquín para después ser llenado con una exquisita mezcla de jugo de toronja exprimido al momento, hielos, refresco de toronja y el tequila de tu elección.

El caso es que no pasó mucho tiempo para que nos diera hambre; para hacer el tour por La Rojeña nos habíamos levantado a la carrera y ni siquiera nos dio tiempo de desayunar, así que decidimos volver rápidamente a nuestra habitación para ponernos presentables y luego comer en el restaurante de Hotel Villa Tequila.

El lugar se encuentra parcialmente al aire libre y tiene un lindo jardín enfrente; como el resto del hotel, cuenta con una elegante decoración colonial y un ambiente familiar súper agradable. Platicando con el personal nos enteramos de que cuando Hotel Villa Tequila fue incorporado a Mundo Cuervo, la propiedad pasó por una profunda fase de remodelación y estandarización de procesos para ponerla a la altura de las exigencias de sus huéspedes.

El menú del restaurante de Hotel Villa Tequila fue creado por el chef ejecutivo de Mundo Cuervo, Eduardo Marín, quien tiene ya 5 años como director de alimentos y bebidas de este renombrado corporativo. Después de una exhaustiva investigación, el chef decidió incorporar a la oferta gastronómica del restaurante una serie de platillos que tradicionalmente se encuentran en los hogares de las familias jaliscienses, delicias típicas como la lengua de res en salsa verde y las tostadas de hongos y setas, que se suman en la carta a clásicos de Jalisco como las tortas ahogadas, el pozole y la carne en su jugo.

A Fer y a mí nos encantan los hongos, así que pedimos unas tostadas de setas a modo de entrada y las acompañamos con sendos caballitos de tequila blanco (que recién aprendimos a apreciar en una sesión de catado en La Rojeña de la que ya te contaré después). Aprovecho para platicarte que los hongos son todo un tema en Jalisco, cada año se celebra a finales de julio una Feria Estatal del Hongo en la que, entre otras actividades, se organizan recorridos guiados por el campo para recolectar hongos comestibles.

Como platos fuertes ordenamos carne en su jugo y lengua en salsa verde acompañada de arroz blanco, frijolitos y tortillas recién salidas del comal, ¡la pura sabrosura! Fer y yo siempre nos convidamos lo que pedimos, así los dos probamos de todo sin tener que pedir doble, ¡jejeje! Aunque ya estábamos satisfechos, no perdonamos el postre y cada quien se comió la mitad de una rica jericalla.

Nos encantó el restaurante de Hotel Villa Tequila, los precios son justos, el sabor y la presentación son de primera y el menú tiene de todo, desde exquisitos platillos tradicionales hasta esas opciones que siempre salvan a las familias que tienen un integrante melindroso (hamburguesa de res, club sandwich y dedos de pollo empanizados, por ejemplo). ¡Claro que volveremos!