El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Parras de la Fuente Pueblo Magico

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Parras de la Fuente Pueblo Magico

El clima es seco semicálido con una temperatura media anual de 14 a 18°C.

Parras de la Fuente es uno de los municipios que más fama y honores le han brindado al estado de Coahuila, en el norte de la República Mexicana.

Sus fértiles tierras, bañadas por los manantiales de los alrededores, comenzaron a ser cultivadas desde el siglo XVI y han sido cuna de una prodigiosa tradición vitivinícola, y el semillero para la construcción de una singular arquitectura y la llegada de la civilización a los desiertos del norte.

La próspera economía de la región, junto a la mezcla cultural que significó la llegada de empresarios extranjeros, han convertido a Parras en un hermoso pueblo lleno de verdor y hermosas construcciones antiguas, que contrastan con el desierto predominante de los alrededores.

Su clima templado constante hace que sus visitantes vivan una cómoda y grata experiencia, en una atmósfera perfumada por la frescura de la vid y la calidez de sus habitantes.

Qué visitar en Parras de la Fuente Pueblo Mágico

El centro histórico de Parras de la Fuente está poblado por gallardas construcciones provenientes de los primeros siglos de conquista española: casas, huertas, haciendas, acueductos, molinos, estanques y acequias. El modo más cómodo de recorrerlo es un bello tranvía, en el que además se van contando las historias que se esconden en cada construcción.

En la Plaza de Armas se yerguen el Palacio Municipal, de estilo porfiriano, y la Iglesia de San Ignacio de Loyola, edificado en 1607 y por lo tanto una de las más antiguas no solo del estado, sino del país. Su terminación tardía le brindó un estilo arquitectónico churrigueresco con detalles en oro, como el impresionante retablo del altar.

Su interior está lleno de arte pictórico sacro y murales pintados en el siglo XVII que perviven hasta nuestros días.

Este templo forma parte del Colegio de San Ignacio de Loyola, donde se ordenó el establecimiento de un archivo que actualmente lleva el nombre de María y Matheo de Parras.

También enfrente de la plaza se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, edificación del siglo XVI caracterizada por las cuatro imágenes de la Virgen de Guadalupe en azulejo que rodean su entrada, y también cuatro pináculos que rematan sus torres. Los atriles de estas iglesias sirvieron como cementerios durante las epidemias de influenza y sarampión que sufrió el poblado en el siglo XIX, pues los panteones existentes sobrepasaron su capacidad.

Un recinto religioso muy importante en Parras es la Parroquia de la Asunción de Santa María de las Parras, construida en 1684 y casa del Acta de Fundación de la ciudad y de la Virgen de la Asunción, santa patrona de los parrenses y que representa la ascención del cuerpo y el alma de María, la madre de Jesús, al cielo de la religión católica.

Entre los lugares favoritos de los habitantes de Parras para pasar las cálidas tardes están la Plaza del Reloj y la Plaza del Beso, enfrente y detrás de la Iglesia de Santa María de Parras; en ellas hay bancas, frescos pastos y altos nogales que cobijan con su sombra a los paseantes, que pueden contemplar el reloj conmemorativo de los héroes de la Revolución, o pasear con su pareja y darse un beso, pues se asegura que da buena suerte y augura un amor duradero.

Las noches del último sábado de cada mes se puede visitar estos lugares de un modo diferente con las callejoneadas nocturnas en las que hay música y fraternidad.

La mejor vista de Parras, con todo el verdor de sus cultivos y su belleza arquitectónica, se puede disfrutar en el Cerro del Sombreretillo, a donde se llega subiendo una escalinata o recorriendo a pie un empinado camino.

En su cima se encuentra la capilla del Santo Madero, cruz de madera protectora de los parrenses, pues cuenta la leyenda que en su hechura se utilizó una astilla perteneciente a la cruz en la que Jesucristo fue crucificado.

Lo imperdible en Parras de la Fuente Pueblo Mágico

El mejor modo de explorar el Valle de Parras es a través de sus viñedos y bodegas. En invierno, las temperaturas en esta región oscilan entre los -2 y los 15 grados centígrados, y sus veranos son soleados con variaciones de 25 a 30 durante el día y 18 a 20 por las noches, lo que permite que la maduración de las vides sea paulatina y completa y generen vinos deliciosos.

La más importante es la Casa Madero. Fundada en 1597, es la casa vitivinícola aún en funcionamiento más antigua de América, y la sexta del mundo. De sus 350 hectáreas de viñedos se obtienen vinos blancos, tintos y brandys que compiten con los mejores del mundo.

No se puede hablar de Casa Madero sin detenerse a ahondar en la belleza de la Hacienda San Lorenzo, con su Casa Grande (el casco), grandes y elegantes habitaciones, senderos para pasear a caballo o en carreta olfateando el olor de las deliciosas uvas, sus hermosos jardínes y zonas de descanso, y por supuesto, sus enormes bodegas, donde después de una buena cosecha los enólogos hacen su magia y crean vinos de sabores singulares para diferentes ocasiones.

También en ella se encuentra el Museo del Vino o Enoteca, donde se pueden degustar todas las variedades de vino producidas por la casa, que incluyen vinos reposados, jóvenes y orgánicos.

Pero Parras de la Fuente no es solo sus vides y viñedos, pues cuenta con varios destinos naturales en los que se puede nadar, practicar senderismo, acampar, escalar y pasear en bicicleta de montaña o cuatrimoto, tales como los cañones Grande, de Guadalupe, de La Bandera y El Fuque, todos con impresionantes vistas del valle, de sus cascadas y arroyos y algunos petroglifos y pinturas rupestres.

En particular, el Cañón de la Lima es muy visitado por los amantes de lo extremo, gracias a sus paredes verticales y sumamente estrechas de 40 metros de altura, y sus pozas de agua fría.

Qué comer en Parras de la Fuente Pueblo Mágico

Hemos hecho hincapié en la fertilidad de las tierras del Valle de Parras, que deriva en la existencia de toda una variedad de ingredientes locales, como nueces, higos, piñones y diversos frutos.

Sumado a la fusión de la cocina tradicional mexicana con la europea, se obtiene una gastronomía muy interesante que incluye platillos como asado y tamales de puerco, mole, barbacoa de pollo y de lengua de res, chorizos, tacos de cabeza y carnitas, todo maridado con los buenos vinos de mesa o generosos de la región.

Qué comprar en Parras de la Fuente Pueblo Mágico

Una visita a Parras no está completa sin degustar ni comprar los deliciosos vinos de sus bodegas, acordes para diferentes ocasiones. En la 1899 Enoteca se pueden adquirir las marcas producidas en la región, de viñedos como la Casa Madero, Don Leo , Rivero González o Hacienda del Marqués.

En el centro de Parras se encuentran las bodegas de El Vesubio, Segovia Fuantos y las de Perote, algunas con más de cien años de antigüedad.

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Clima de Parras de la Fuente Pueblo Magico

El clima es seco semic�lido con una temperatura media anual de 14 a 18�C.

Fotos de Parras de la Fuente