El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Panteón de San Fernando, un espacio de recuerdo y de misterio

Nota sobre Panteón de San Fernando, un espacio de recuerdo y de misterio

El Panteón de San Fernando se encuentra en la Ciudad de México, en el Centro Histórico.

La dirección de este interesante lugar es Avenida Rivera de San Cosme esquina con Guerrero. Los medios más recomendables para llegar al Panteón de San Fernando son el metro Hidalgo y la estación del metrobus revolución. Este lugar tiene un especial interés, tanto para quienes habitan en la capital del país, como también para quienes visitan la Ciudad de México el fin de semana.

El Panteón de San Fernando se encuentra protegido por una Columba muy elegante.

Es aconsejable de conocer por tratarse de un lugar en donde se combina el recuerdo y el misterio. Allí se encuentran los restos de algunos de los personajes más importantes de la historia de México, especialmente en lo que se refiere al siglo XIX. Basta con mencionar que allí descansan los restos de Benito Juárez, famoso presidente mexicano de raíces indígenas.

Cuando tengas deseo de recorrer la Ciudad de México en un paseo de fin de semana, te aconsejamos visitar el Panteón de San Fernando.

Se ubica a un costado del templo homónimo en la zona poniente del Centro Histórico de la capital, en la popular colonia Guerrero.

En sus orígenes, este cementerio estaba integrado al conjunto del Templo de San Fernando, el cual, tras la desaparición de la orden de los fernandinos en 1860, como consecuencia de la Guerra de Reforma, resultó expropiado, con el objetivo de hacer uso de los bienes que hasta entonces habían estado en poder de la Iglesia.

El propósito de la Reforma era dotar al gobierno de los recursos suficientes para reconstruir a la nación, luego de tormentosos episodios en la historia de México.

Del complejo original solo quedan, actualmente, el cementerio y el templo.

Por lo que se refiere al cementerio, tras ser clausurado para su utilización general en 1871, fue destinado para depositar los restos de los personajes más importantes de aquellos años. En el Panteón de San Fernando fueron sepultados algunos grandes nombres de la historia de México, como Ignacio Zaragoza, Melchor Ocampo, Tomás Mejía, Miguel Miramón, Leandro Valle, José María Lafragua, entre varios más.

Cada una de las tumbas de este cementerio capitalino, se proyecta como un monumento a la memoria de las personas que allí fueron sepultadas.

Enigmáticos monumentos y misteriosas tumbas, definen el entorno de este espacio solemne y fascinante.