El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Palenque, Pueblo Mágico

Nota sobre Palenque, Pueblo Mágico

El pasado 25 de septiembre, Mario Uvence Rojas, Secretario de Turismo del estado de Chiapas, recibió en nombre de Palenque el distintivo que reconoce a la localidad como uno de los aproximadamente 80 Pueblos Mágicos de la República Mexicana.

Así, la ancestral ciudad forma parte de los 28 pueblos que pasan a engrosar la lista de localidades que, por su valor turístico, cultural, histórico, gastronómico y arquitectónico, se reconocen como especiales y dignos de visitarse.

En efecto, la magia de Palenque es innegable: se trata de la puerta de entrada a uno de los sitios arqueológicos más importantes del país y testimonio de una de las civilizaciones antiguas más poderosas sobre la faz de este planeta.

Todo en Palenque nos remite a tiempos anteriores: tanto los yacimientos arqueológicos, en un estado increíble de conservación, hasta la gastronomía de tintes prehispánicos, pasando, como no, por los arrebatadores paisajes selváticos que alguna vez habitaron nuestros antepasados. Zona Arqueológica de Palenque

Si hiciera falta una sola razón para visitar Palenque, esta debería de ser la posibilidad de visitar una de las ciudades más importantes para los antiguos mayas.

La zona arqueológica de Palenque se encuentra a tan sólo ocho kilómetros del centro de la ciudad, asentada sobre una colina que ofrece una vista envidiable del río Usumacinta. Dentro del yacimiento, todo es asombro: aquí se encuentra la pirámide escalonada más grande e integra de Mesoamérica, el impresionante Templo de las Inscripciones, de casi 20 metros de altura. Allí se encontró, en el siglo XVIII, la cripta del poderosísimo rey Pakal, gobernante del siglo VII que tantas leyendas ha inspirado.

El resto de edificios que podemos encontrar en Palenque tampoco tienen desperdicio: tenemos, por ejemplo, el Juego de Pelota, que aún no se revela por completo; El Palacio, una estructura de edificios que se encuentra en el corazón del sitio; o bien el Templo del Conde, llamado así porque alguna fue habitado por el excéntrico explorador francés Jean Frédéric Waldeck, que se atribuía a sí mismo título de conde.

La gran cantidad de jeroglíficos que adornan la ciudad han sido indispensables para entender la cosmología maya. La visita al Museo de Sitio es obligada, ya que ahí se pueden admirar los numerosos ornamentos, máscaras y joyas que se encontraron en la tumba de Pakal, así como una reproducción de su lápida mortuoria. Sabores del pasado

En Palenque, la historia también se vive a través del paladar.

El cuidado por la conservación de la tradición es muy importante en Chiapas, y esto también concierne a la gastronomía, parte fundamental de la identidad del estado. El viajero que visita Palenque puede comprobar esto en numerosos establecimientos como restaurantes y puestos que se preocupan por mantener vivo el legado de la cocina indígena, combinando ingredientes endémicos como el maíz, el cacao y el chile para crear platillos que alcanzan una calidad casi artística.

Entre los muchos platillos que se pueden probar en Palenque, encontramos joyas como el shote con momo, delicado platillo preparado con caracol de río, yerba santa y masa de nixtamal, el pato en chilmol, salsa preparada con tomate, cilantro y diversos chiles, el salpicón de venado, el pescado sudado y los tradicionales tamales chiapanecos.

Recetas milenarias como la sopa azteca y la carne a la tampiqueña nos devuelven de golpe al pasado. De postre, nadie debe perderse la variedad de dulces de miel de abeja que se preparan artesanalmente. Y de beber, para no perder la tradición, hay que disfrutar de un buen café de olla, un chocolate batido con molinillo, un histórico pozal o un tascaste, bebida típica de la región. La naturaleza que envuelve Palenque

En Palenque, la selva todo lo gobierna.

Es inspirador pasear por los arrebatadores paisajes de Palenque e imaginarse a nuestros antepasados recorriendo la espesa verdura que envuelve el lugar. Además, como en todo el estado de Chiapas, en la región de Palenque abundan los ríos, cascadas, lagos y montañas, lo cual la convierte en un destino ideal para los amantes de la aventura. Sin ir más lejos, el río Usumacinta permite a los más intrépidos paseos en lancha y descensos en rafting, acompañados de la florida fauna local.

Muy cerca de Palenque se encuentran tanto las Cascadas de Misol-há como las cascadas de Agua Azul.

Se trata de dos parques ecoturísticos en los que torrentes de cristalina agua se precipitan desde poderosas piedras calcáreas para formar, 30 metros más abajo, una serie de pozas naturales en las que es posible darse un chapuzón. El paraje es ideal para acampar, practicar senderismo, admirar la flora local, descubrir la variada fauna o, simplemente, relajarse en el agua y dejar que nuestro espíritu conecte con el pasado, tan presente en Chiapas. Tips

Muy cerca de Palenque se encuentran Yaxchilán y Bonampak, dos sitios arqueológicos de incalculable valor histórico, cuyas inscripciones han permitido hasta ahora comprender mejor el estilo de vida de los antiguos mayas.

¿Sabías qué?

Palenque en maya significa “Cerca de estacas de madera”.

¿Cómo llegar?

Por tierra Desde San Cristóbal de las Casas, Chiapas: 214 km.

Desde Villahermosa, Tabasco: 148 km.

En avión - Con vuelos directos por Interjet, saliendo de Ciudad de México a Palenque.

Los vuelos salen los días jueves y domingos.