Enclavadas en medio de la serranÃa, las misiones se erigen con una evidente envergadura, como si quisieran competir con el esplendor de los bosques y selvas que están a su alrededor. Pareciera que los franciscanos, al construir estos templos con la ayuda de los indÃgenas pames, buscaban no emular su entorno, sino camuflarse. Visita los cinco templos misionales y descubre el singular barroco mestizo que se conjuga, con brÃllo y esplendor, con la suculenta vegetación.
Históricamente, la Sierra Gorda fue una región que se conquistó y evangelizó muy tarde. En 1744 el coronel José de Escandón pacificó a las tribus nómadas de pames y jonaces mediante una sangrienta campaña militar. Hacia 1750, el franciscano fray JunÃpero Serra, quien vivió su infancia y juventud en Illes Balears-Mallorca (España). Posteriormente fue enviado para fundar las cinco misiones que los mismos indÃgenas construyeron y adornaron. Han sido nombradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, puesto que son una muestra singular y sorprendente del mestizaje cultural en esta apartada región del mundo.
Las misiones franciscanas de la Sierra Gorda simbolizan la última fase de evangelización en México. Cada templo representa una declaración artÃstica elocuente con empleo de motivos y sÃmbolos franciscanos e indÃgenas; cada fachada ostenta un singular barroco mestizo. Por eso fueron declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco, porque aún retienen su carácter vernáculo.
Trescientos años después del nacimiento de uno de los mejores embajadores de las Illes Balears en el exterior, el Gobierno de las Illes Balears impulsó y coordinó los actos de homenaje a JunÃpero Serra junto a destacadas instituciones de la Comunidad
Las cinco misiones franciscanas
El barroco, surgido durante el Renacimiento, fue el estilo artÃstico que adoptó la Iglesia para propagar sus ideas durante los siglos XVII y XVIII. Se exportó a las colonias en donde lo lujoso y detallado de sus formas gustó mucho a los indÃgenas, quienes por cierto provenÃan de una larga tradición visual. Las fachadas de las cinco misiones franciscanas explotaron los recursos barrocos para simbolizar distintos temas de la fe cristiana. Estas fachadas, precedidas por amplios atrios, funcionaron como instrumento de evangelización.
Construida entre 1751 y 1758, esta misión estuvo dirigida por fray JunÃpero Serra. Fue la primera de la cinco misiones y por ello se dedicó al apóstol Santiago, el santo de los militares, para defender la fe en esta nueva tierra que comenzaba a ser evangelizada. Su fachada es de color azafranado y se encuentra invadida por un sarampión de flores. En el nicho que alguna vez ocupó la imagen del apóstol Santiago hoy se encuentra un reloj, puesto en 1898 por el general Rafael Olvera, quien resultó más célebre por su delito estético que por sus logros militares.
Aunque la construcción de esta misión se inició hasta 1754, fue la primera en concluirse. Esta misión quizá sea la más mestiza, pues su ornamentación de grandes flores y follajes y lo tosco de sus esculturas muestra claramente la mano del artista indÃgena en su edificación. Sobresalen dos detalle únicos en los templos barrocos latinoamericanos: las figuras del sol y de la luna, que representan la dualidad del universo y el sincretismo de la cultura española e indÃgena, y el remate del templo con la imagen de la Trinidad.
Dedicada a San Francisco de AsÃs, fue construida entre 1754 y 1762 por fray Juan Crespi. Esta es la más pequeña y sencilla de las cinco misiones. En su fachada se puede apreciar un jardÃn de angelitos removiendo el cortinaje de un telón para que ingresa la luz al recinto. Representa la profesión de una fe ingenua y pura. En medio de la fastuosidad de esta portada llena de flores y pámpanos, llama la atención las cuatro sirenas sonrientes cuya interpretación se desconoce.
Atribuida a fray Juan Ramos de Lora, esta misión fue construida entre 1761 y 1767. Su fachada es, iconográficamente, la más elaborada, pues se observan detalles tradicionales de las construcciones europeas acompañados de elementos indÃgenas, como un jaguar y personajes con rasgos olmecas. La fachada representa a varios santos reunidos en coro a la Virgen sobre estÃpites y columnas salomónicas florecientes de vegetación calcárea, por eso se dice que simboliza la misericordia divina.
Dedicado a la PurÃsima Concepción, este templo es quizá el más ornamentado de los cinco. Fue construido entre 1761 y 1764 por fray Miguel de la Campa. En los diferentes niveles de la fachada se congregan todos los personajes que conforman la Ciudad de Dios: Cristo, los arcángeles, apóstoles, mártires, monjas y escritores. Sobresale, en la cúspide y al centro, San Miguel Arcángel, vencedor del demonio. La misión de Landa señala el final de la conquista espiritual de la Sierra Gorda.
Nacido en Mallorca (conoce más de Mallorca y la tierra de fray JunÃpero), España, en 1713, llegó a Jalpan a mediados del s. XVIII con la encomienda de evangelizar a los indÃgenas dispersos. Fueron alrededor de nueve años los que fray JunÃpero permaneció en esta región, dirigiendo la construcción de las misiones y enseñando distintas labores de la vida sedentaria, como la siembra, la ganaderÃa, la carpinterÃa y la costura. En 1769 fue enviado a evangelizar la zona de California, donde fundó nueve misiones más. JunÃpero Serra murió en 1784 y fue beatificado por la Iglesia Católica en 1988.
Conoce más de la tierra y de la belleza turÃstica de Fray JunÃpero Serra en las Islas Baleares.
¿Cómo llegar a las misiones?
Viajando por la carretera federal 57 México–Querétaro, toma la desviación hacia la Sierra Gorda, incorporándote a la carretera federal 120 San Juan del RÃo–Xilitla. Sigue las indicaciones para llegar a cada misión. Como referencia, de Santiago de Querétaro a Jalpan –el corazón de la Sierra Gorda– son 190 km y, más o menos, tres horas y media de viaje. Entre cada misión de hace, en promedio, 40 minutos.
Deja un Comentario sobre Misiones de la Sierra Gorda de Querétaro