Pocos Ãconos de lo mexicano, de cara a las demás naciones del mundo, tienen tanto impacto y aceptación como los mariachis, esos gallardos cantores que cultivan uno de los estilos musicales más admirados que existen. Desde un enfoque turÃstico, quien busque conocer la esencia de nuestro paÃs, hace bien en acudir a Plaza Garibaldi o tierras tapatÃas, para escuchar los melancólicos y rotundos acordes de la música de mariachi, la música mexicana por excelencia.
Por lo anterior, es interesante conocer los orÃgenes de los mariachis, dónde surgieron y cuáles fueron las tradiciones que les dieron lugar, en la cultura popular de nuestro paÃs.
De acuerdo a ciertos historiadores, en 1533, Fray Juan de Padilla acercó a un grupo de habitantes de Coculán- la actual Cocula, en Jalisco-, a las doctrinas del catolicismo  utilizando música española. Los indÃgenas del lugar, intentaron asimilar este estilo musical de acuerdo a su particular idiosincrasia. De tal modo que, para interpretarla, incorporaron el uso de violines que ellos mismos construyeron, a partir de una madera conocida como palo de colorÃn. Los indÃgenas de Coculán tuvieron tan buenos resultados en su tentativa musical, que  poco después incluyeron en sus interpretaciones la guitarra, la vihuela y el guitarrón.
Asà entonces, las raÃces del mariachi hay que identificarlas en una combinación de la música religiosa española con la música nativa mexicana, en un producto cultural derivado de la cultura mestiza, crisol de nuestra identidad nacional.  En este mismo sentido, en los siglos XVI y XVII la música popular de la Madre Patria cobró una gran popularidad y asÃ, de la mezcla del baile español con los bailes populares indÃgenas, surgió una forma melódica que además de ser bailada, podÃa ser cantada: el fandango. No mucho después, el fandango, fue asociado por las clases populares a la fiesta y la algarabÃa masiva y se asoció directamente a la figura del mariachi y su sonora orquesta.
Ya en el siglo XIX, los mariachis proliferaron en estados de la república como Colima, Michoacán, Guerrero, Nayarit y por supuesto, Jalisco. Para ese entonces, la utilización de instrumentos propios de los tiempos coloniales, habÃa desaparecido casi por completo. Solo el violÃn, el arpa, la vihuela y la guitarra, perduraron y llevaron a la música de mariachis a lo que es hoy en dÃa.
Quien tenga pensado quedarse con una experiencia plena de México en sus vacaciones, debe acercarse a la hermosa música de mariachi, rebosante de historia, tradición, y mucho sentimiento.
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