El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Los nacimientos navideños en los Pueblos de México

Nota sobre Los nacimientos navideños en los Pueblos de México

Una de las tradiciones mexicanas más representativas, especialmente teniendo como marco la temporada decembrina, es acudir a los mercados populares y comprar todo lo indispensable para colocar un Nacimiento.

Y así, en un entorno definido por los aromas del heno, el musgo y los pinos, así como también el brillo de las esferas al contacto con la luz, las chispeantes bengalas y el colorido de las series de bombillas, entre ponche caliente y churros o buñuelos azucarados, las familias buscando las figurillas que requieren.

Es así que consiguen en rústicos puestos el Pesebre, el Niño Dios, el siempre protector San José y la admirable Virgen María para así darle forma al siempre grato nacimiento.

Elementos imperdibles de las decoraciones navideñas que se colocan en los hogares mexicanos, los nacimientos parten de una costumbre que consigue involucrar a toda la familia: abuelos, padres e hijos.

Es una antigua y noble tradición que fomenta la convivencia familiar, además de resaltar los valores más ponderables relacionados con las celebraciones navideñas.

Y así como ciertos objetos se introdujeron intensamente en la cultura mexicana por influencia de la cultura anglosajona- con relación a los festejos decembrinos-, como los muñecos de nueve, el árbol de Navidad, Santa Claus, etc; en México se tiene como componente principal el Nacimiento, también llamado Pesebre o Belén en otras naciones del mundo.

En general los nacimientos navideños de los Pueblos de México nos presentan representaciones artísticas- de una sencillez e ingenuidad encantadoras-, acerca del instante cuando surgió el amor y la esperanza de los católicos: la Natividad, el nacimiento de Cristo.

Por lo anterior se comprende la relevancia que tiene este ornamento e incluso objeto inspirador de fervores religiosos, en las fechas decembrinas.

Cabe mencionar que el número de figuras que integran los nacimientos mexicanos son muy variados y esto se hace patente de una comunidad a otra del territorio nacional.

No obstante, los personajes infaltables de los nacimientos son: el Niño Jesús, la Virgen María, San José, los Reyes Magos y la Estrella de Belén.

En la actualidad hay nacimientos de muy variada manufactura: desde los que están elaborados con materiales muy variados hasta los que son en miniatura y los que son a tamaño natural, con actores y auténticos animales.

Estos últimos se admiran en España e Italia y los primeros en naciones latinoamericanas como México.

Los Pueblos de México donde se elaboran los más bellos nacimientos artesanales son los siguientes: Tzitzuntzan en Michoacán; Metepec, en el Estado de México; Ameyaltepec y Tolimán, en Guerrero y Tlaquepaque en el Estado de Jalisco.

Aunque ya han pasado varios siglos desde los tiempos de la evangelización española, que se valió de los nacimientos como un medio para acercar a los indígenas mexicanos a la doctrina católica, muchas familias de estas comunidades siguen la tradición de elaborar figuras para nacimientos e incluso pequeños pesebres. Tales familias de artesanos han hecho de esa costumbre un medio de subsistencia.

Los nacimientos mexicanos se definen por contar con un toque sumamente pintoresco y artesanal y con frecuencia pueden hallarse en ellos elementos particulares de la cultura indígena mexicana.

No solamente incluyen a los personajes más importantes del Nacimiento, sino además se incluyen musgo, paja, heno para ambientar el pequeño establo y figuras de animales como xoloitzcuintles y guajolotes y e magueyes y nopales.

Los tamaños y materiales de las figuras de los nacimientos son bastante variables puesto que en algunos nacimientos puede verse al Niño Dios de idéntico tamaño que José, María y los Reyes Magos.

Además también se los puede hallar elaborados en madera, barro, cerámica y otros materiales aún más sorprendentes.

Lo más importante de los nacimientos navideños que se elaboran en los Pueblos de México es la creatividad y el cariño que demuestran en su manufactura los maestros artesanos de cada comunidad.

No existe límite alguno en lo que puede lograrse en cuanto a calidad y belleza de los nacimientos navideños, pero lo principal es el modo en el que estimulan el espíritu navideño en los hogares mexicanos, la manera en la que propician la unión familiar.

Los nacimientos mexicanos son admirables también por el modo en el que mantienen vigentes tradiciones mexicanas antiguas y nobles que nunca se deberían perder, más allá de costumbres más modernas o llegadas de otras latitudes.