El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

La pirámide Tenayuca, el recuerdo de los antiguos pobladores

Nota sobre La pirámide Tenayuca, el recuerdo de los antiguos pobladores

Llegar a la pirámide de Tenayuca es muy fácil: se toma la calzada Vallejo hasta que ésta termina y se convierte en Cuauhtémoc, se cruza la avenida Tlalnepantla Tenayuca, se sigue de frente y a dos cuadras, en la esquina de avenida Pirámide y Quetzalcóatl, está la pirámide.

Otra posibilidad es llegar por el Eje Central Lázaro Cárdenas hasta que topa con Acueducto Tenayuca, se toma hacia la izquierda hasta llegar al cruce con Cuauhtémoc, se da vuelta a la derecha y unos metros más adelante se ve el monumento.

También se puede llegar desde el Periférico por la avenida Mario Colín, que se prolonga hacia el oriente como Tlalnepantla Tenayuca y en el cruce con Cuauhtémoc, se dobla a la izquierda.

Tenayuca quiere decir “lugar amurallado” en náhuatl; según las investigaciones, en ella se establecieron los chichimecas que encabezaban Xólotl y su hijo Nopaltzin.

Estos fundadores, que en las crónicas posteriores fueron llamados acolhuas, llegaron alrededor del año 1224 e hicieron de Tenayuca su capital durante muchos años, la cabeza del territorio denominado Acolhuacán, hasta que Quinatzin, bisnieto de Xólotl, cambió el centro político, religioso y militar de Texcoco.

En otras fuentes, al lugar se le llama Oxtopolco, que significa “lugar de muchas cuevas” y que describe una característica de la zona: las cuevas del cerro del Tenayo, donde primero se asentaron los chichimecas, quienes provenían del norte y eran nómadas dedicados a la caza y la recolección.

Los pueblos vecinos los tenían por bárbaros y eran temidos por su brutalidad en la guerra.

Sin embargo, al entrar en contacto con otros grupos de la región que ya estaban sedentarizados, adoptaron técnicas y costumbres como la agricultura y la pesca, la construcción de estructuras permanentes y la elaboración de cerámica.

Este proceso de aculturación se aceleró cuando los chichimecas se unieron con mujeres de filiación tolteca; se dice que el propio Nopaltzin tomó por mujer a una tolteca.

La situación de Tenayuca era estratégica: justo al norte del sistema de los lagos del Valle México, por lo cual dominaba una natural.

Las investigaciones arqueológicas han demostrado que Tenayuca ya había sido ocupada por otros grupos antes de la llegada de los chichimecas y se adjudica a éstos la construcción de la pirámide porque las primeras etapas corresponden a fechas posteriores a la caída de Tula en el año 1200, y un poco antes que la legendaria fundación de México Tenochtitlan.

En San Bartola Tenayuca, hay varios vestigios prehipánicos, pero el más notable es la pirámide que nos ocupa, que es considerada un antecedente del Templo Mayor de México, con sus doble escalinata que conducía a los templos gemelos en su cúspide, lo cual es indicio de que estaba dedicado a dos deidades, que varios investigadores identifican con Tláloc y Hutzilopochtli, tal como después ocurrió en Tenochtitlan.

Se ha descubierto que la pirámide de Tenayuca pasó por ocho etapas constructivas y desde sus orígenes ya contaba con el doble templo.

Asentada sobre una plataforma, sobresale su muralla de serpientes, el coatepantli, uno de los mejores conservados, que limita a la pirámide por los lados y la parte posterior.

Son 138 serpientes de cascabel, de las cuales, las que están en la parte sur y el oriente, presentan restos de decoración pictórica en azul verdoso, mientras que las del lado norte tenían decoraciones ovaladas en blanco sobre fondo negro. Al frente y atrás de la pirámide, se localizaron altares rematados con la figura de una serpiente de fuego, la xiuhcóatl, que parecen ser marcadores de posiciones astronómicas. En otras partes de la pirámide, como sen sus caras inclinadas, también se localizaron cabezas de serpiente empotradas, y si se suman todas las de la estructura, son aproximadamente 800.

En las escalinatas, se aprecian inscripciones jeroglíficas y frente a la pirámide, se encontró un sepulcro con decoración de cráneos.

Hay un pequeño museo de sitio donde se pueden ver ejemplos de cerámica, algunas esculturas y una maqueta con la reconstrucción de la pirámide.

Aunque el monumento se pude ver desde la calle, si quieren entrar a la zona arqueológica y el museo, el horario es de martes a domingo de 10:00 a 17:00 h.

Centro, guía para el caminante.

Año VI, núm. 45, octubre de 2007. Concha Cue. La pirámide de Tenayuca, el recuerdo de antiguos pobladores del Valle de México. Pp. 40-42.