El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

La cultura afromestiza de Oaxaca

Nota sobre La cultura afromestiza de Oaxaca

Existe una región de Oaxaca que se distingue por su entreveramiento de raíces culturales, en la cual se combinan elementos característicos de los indígenas de nuestro país, grupos afroamericanos y las comunidades mestizas características de México.

Tal mezcla hace patente la riqueza de sentidos y tradiciones con la que cuenta nuestro país y que no es fácil hallar en muchas otras de las naciones del mundo. Desde un enfoque turístico esta es una afortunada circunstancia, puesto que torna más interesante y valiosa la experiencia xde visitar la zona oaxaqueña que les comentaremos con más detalle, en lo que sigue.

La cultura afromestiza de Oaxaca se concentra en cincuenta municipios, en tres distintos distritos: Pochutla, Juquila y Jamiltepec.

Para los viajeros es un objetivo de singular atractivo, tanto por sus referencias históricas, como por su población actual, pues es un lugar donde habitan y conviven miembros de la etnia mixteca e indígenas amuzgos, con mestizos y afroamericanos.

A partir del siglo XVI esta parte de Oaxaca comenzó a poblarse de personas afroamericanas, mal llamados de ?raza negra? y en aquellos tiempos denominados como ?cimarrones?.

Estas personas, habiendo logrado escapar de la esclavitud buscaron refugiarse en los lugares más remotos y agrestes de la costa oaxaqueña. Y posteriormente, lo que antes eran solo grupos en notable aislamiento, se asentaron de modo definitivo en los días de la Independencia, dando lugar a las comunidades de Pinotepa Nacional en el estado de Oaxaca y Cuajinicuilapa en el estado de Guerrero.

Los hábitos de vida y las tradiciones de estos grupos afroamericanos se fueron mezclando con las de los alrededores, sin embargo, preservaron lo esencial de sí, por ejemplo, la lucha por la libertad en todas sus manifestaciones, desde la relación con lo instituido hasta los detalles más nimios de la vida cotidiana.

Con el paso del tiempo, el mestizaje cobró mayor relevancia, imprimiendo un sello único de la cultura negra en la cultura oaxaqueña. Tal circunstancia se hace patente en diversas danzas populares, música típica y variadas expresiones artísticas. En todo ello se reconoce y disfruta el sello afromestizo de la costa oaxaqueña, una particular combinación de elementos afromixtecos e indígenas.

Cuando se visite la Costa Chica del estado de Oaxaca, podrá hallarse una vasta muestra artesanal, por ejemplo, a través de esculturas y máscaras.

En esta clase de creaciones se hace manifiesta la fusión de las tradiciones africana y mixteca.