El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Joyas arqueológicas de la CDMX

Nota sobre Joyas arqueológicas de la CDMX

La ciudad de México es un asentamiento fuera de lo común.

Sus primeros pobladores llegaron en busca de un espacio donde establecer una nueva civilización; según el mito de origen, su largo periplo desde la mítica tierra de Aztlán terminó cuando llegaron al lugar donde un águila devoraba una serpiente. Ahí fundaron el centro del más grande imperio del periodo posclásico: Tenochtitlan. A lo largo de los siglos esta ciudad se ha expandido hasta conformar lo que actualmente conocemos como Distrito Federal. Si bien el área que hoy ocupa en Centro Histórico es el corazón de la urbe, ésta se extiende actualmente a zonas que también fueron asentamientos prehispánicos. Por eso actualmente hay muchos sitios arqueológicos en diferentes lugares de la ciudad, los cuales son accesibles y dignos de conocerse y admirarse. Aquí te presentamos algunos de ellos. El Templo Mayor

Es el más importante sitio arqueológico de la ciudad ya que era el centro de poder del imperio mexica, el más imponente del periodo posclásico.

Está compuesto por los vestigios de una serie de muros superpuestos que se fueron añadiendo durante siete etapas de construcción. Su base cuadrada y estructura piramidal era una representación de la cosmogonía prehispánica, pues era el sitio de adoración de las fuerzas de la naturaleza representadas con los dioses Tláloc, Tlaltecuhtli, Cihuacóatl, Coatlicue y Coyolxauhqui. Se encuentra al lado izquierdo del antiguo Sagrario de la Catedral Metropolitana, y durante la colonia fue derrumbado y completamente cubierto.

Su descubrimiento fue más o menos reciente, durante la colocación de cableado subterráneo por la Compañía de Luz y Fuerza en 1978.

Además de la estructura piramidal se encontró la piedra de la diosa Coyolxauhqui, y en ese momento se iniciaron una serie de excavaciones para estudiar y mantener los vestigios hallados. Actualmente es uno de los Museos de sitio más importantes del país. Tlatelolco

Se ubica al norte de del Centro Histórico, en donde antiguamente se realizaba el tianguis más importante de la ciudad que abastecía de productos provenientes de los centros de cultivo sureños a toda la capital.

Fue fundada por los tlatelolcas, una tribu que se escindió del imperio mexica. Durante el periodo de la conquista éste fue el escenario de la última batalla de agosto de 1521, que implicó el triunfo español y la caída de México Tenochtitlan. Su estructura central era una pirámide que fue derrumbada en el siglo XVI para utilizar su material en la construcción del templo de Santiago. Durante el periodo de crecimiento urbano de mediados de siglo XX se construyó el proyecto multifamiliar más importante de la época, mismo que sufrió graves desperfectos y el derrumbe de uno de sus edificios en el terremoto de 1985. Actualmente su plaza central se denomina "Plaza de las Tres Culturas", en alusión a la conjunción simbólica y arquitectónica de lo indígena, lo español y lo mestizo. Pino Suárez

En el camino de transborde de la estación del Sistema Colectivo Metro, dirección Pantitlán-Observatorio se encuentra un basamento prehispánico de culto a Ehécatl, dios del viento.

Se trata de una estructura cilíndrica con un diámetro de 4.30 metros y una altura de 1.55 metros, que se detectaron desde mayo de 1968. Los trabajos de excavación de esta zona culminaron hasta 1970, dejando al descubierto este pequeño adoratorio con sus cuatro etapas constructivas. En el presente se ha formulado la hipótesis de que la parte descubierta es sólo la parte alta del adoratorio, que contaba con una base y unas escalinatas que fueron destruidas. Por el trazo arquitectónico se induce que la construcción estaba alineada de norte a sur con el templo ceremonial de Tláloc Huitzilopochtli en Tenochtitlán, por lo que es una extensión cosmogónica de la ciudad mexica. Actualmente este recinto ceremonial prehispánico se encuentra en el corazón de una de las estaciones más caóticas del Sistema de Transporte Colectivo Metro, y puede apreciarse en connivencia con el ritmo acelerado de la vida urbana contemporánea. Cuicuilco

Cuicuilco significa "lugar de colores y cantos" y su poblamiento comenzó aproximadamente por el 800 a.

C. o sea que se trata de un lugar que fue habitado desde hace unos 2,800 años. Está ubicado justo en medio de la caótica Ciudad de México. Su atractivo principal y más notorio es el gran basamento circular que puede observarse en todo su esplendor desde el Periférico, a la altura de Insurgentes Sur. Lo que ahora consideramos una zona arqueológica, hace 2,100 años era un centro cívico ceremonial, es decir, que en él se exhibía el poder político y también se ejercía el culto. La ubicación de este lugar facilitó el desarrollo de una civilización compleja, ya que contaban con abundantes recursos naturales. Los habitantes de Cuicuilco gozaron de la cercanía con el lago de Xochimilco, a unos 4 kilómetros de distancia, además de que contaban con manantiales y cuerpos de agua. Gracias a la abundancia de este vital líquido, los cuicuilcas pudieron dedicarse a la agricultura, además de la caza, pesca y recolección.

Aproximadamente en el año 400 d.

C. ocurrió un fenómeno natural que modificó por completo tanto el paisaje como la vida social de sus habitantes: la erupción del volcán Xitle. Se cree que en aquel entonces el lugar contaba con unos 20,000 habitantes, número comparable con el de Teotihuacán en la misma época. Cuicuilco quedó cubierto por una capa de lava y cenizas volcánicas, tanto en su centro cívico ceremonial como en sus alrededores, que en total cubrían una distancia de unas 40 hectáreas. Esta explosión provocó un despoblamiento temporal del lugar, y se cree que muchos de sus habitantes migraron hacia Teotihuacán. Posteriormente, la piedra volcánica dio lugar a un nuevo terreno que se puede apreciar actualmente en la zona de San Ángel, Coyoacán y el Pedregal. Zona Arqueológica de Mixcoac

Es un centro ceremonial dedicado a Mixcóatl, que significa "víbora de la nube", dios de la caza para los mexicas.

Se encuentra en el corazón de la colonia San Pedro de los Pinos y puede observarse desde el anillo periférico. Esta zona se erigió antes de que se construyera la imponente ciudad de México Tenochtitlán. Según la mítica leyenda, cerca del cerro del Tepozteco Mixcóatl conoció a la bella Chimalma, con quien engendró a su hijo Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl. Estas deidades eran adoradas por los mexicas, pueblo guerrero que tenía tanto a Mixcóatl como a Huitzilopochtli en la cúspide del panteón de divinidades, pues eran los únicos dioses que portaban armas. El centro de las estructuras que se encuentran en este sitio arqueológico es un basamento grande, conocido como el Centro Cultural La Pirámide fue construido con piedras bola de río, volcánica y rojiza. Mixcoac significa "lugar de la nube de serpiente", y alude a la formación nebulosa de la Vía Láctea, que en las noches despejadas los mexicas observaban y adoraban como una evocación del dios Mixcóatl.