El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Jalpa de Canovas Pueblo Magico

Imagen de Jalpa de Canovas Pueblo Magico

Jalpa de Canovas Pueblo Magico

El olor de las huertas de membrillo se complementa con el amarillo intenso de los campos de trigo en Jalpa de Cánovas, Pueblo Mágico del estado de Guanajuato que se ha convertido en un importante destino turístico religioso gracias a su vasta presencia de templos católicos, enmarcados por una impresionante arquitectura colonial y porfiriana.

La totalidad del pueblo fue alguna vez la portentosa Hacienda de Jalpa, dentro de la ciudad de Purísima del Rincón. Su origen data de 1542, cuando Nueva Galicia le otorgó al capitán español Don Juan de Villaseñor y Orozco una merced de cuatro sitios para ganado mayor y ocho caballerías de tierra, consistente en más de 7 mil 365 hectáreas.

Con el tiempo se volvió tan próspera que se expandió desde el oeste del estado hasta los altos de Jalisco, alcanzando cerca de 70 mil hectáreas.

La Hacienda de Jalpa fue pasando de mano en mano; en ella se asentó el linaje de preponderantes figuras guanajuatenses, tales como Miguel Hidalgo y Agustín de Iturbide.

Al transcurrir de los siglos, este sitio participó en varios episodios de la historia de México, como cuando en 1900 se celebró la boda de sus propietarios, Guadalupe Cánovas y Óscar Braniff, a la que asistió el presidente Porfirio Díaz, quien fue padrino de velación del matrimonio y como regalo de bodas les obsequió 30 años de luz gratis, convirtiendo a Jalpa en la primera hacienda de provincia con electricidad.

Dicho matrimonio fue el responsible del levantamiento del templo del Señor de la Misericordia, magnífica construcción en ladrillo rojo de estilo neogótico alemán, que solo funcionó durante siete meses en 1925 por la prohibición al culto religioso.

Tuvo que terminar la Guerra Cristera para que reabriera sus puertas, y a partir de entonces se ha convertido en un importante punto de afluencia de feligreses católicos.

En el interior de este enorme recinto pueden admirarse gigantescos murales, hermosos vitrales, grandes figuras de estilo gótico, una extensa obra pictórica y un imponente altar que representa el arte sacro de una época esplendorosa.

Otro de los principales templos de Jalpa es el Santuario de Guadalupe, construido hace más de 300 años por los primeros misioneros que llegaron a evangelizar el territorio.

De la enorme hacienda, la Revolución y la Guerra Cristera se encargaron de reducir su patrimonio, por lo que hoy en día solo permanecen en pie el casco, convertido en museo, y unos cuantos edificios; no obstante, los alrededores llenos de naturaleza, huertos, campos y viñedos son el complemento perfecto para convertir el conjunto en un pueblecito encantador.

Qué visitar en Jalpa de Cánovas Pueblo Mágico

Como todo pueblo, Jalpa tiene una plaza de armas, un kiosco y un centro administrativo; una visita a este lugar puede abarcar estos puntos, y seguir por sus numerosos recintos para ir conociendo de a poco la historia de sus habitantes.

El primero es la Parroquia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, que data del siglo XVII y está construida en cantera en estilo barroco-salomónico, muy poco común en México. Este templo alberga un tesoro pictórico, con los retablos pintados por Hermenegildo Bustos.

En los restos de la hacienda se puede visitar el casco, en el que aún se conservan muebles, objetos y obras de arte que envuelven al visitante en un ambiente antiguo. Tiene una imponente cocina y comedor, así como enormes recámaras en el segundo nivel donde se tiene una maravillosa vista del centro histórico.

En el molino viejo de trigo se pueden observar las herramientas y las técnicas que se utilizaban en los siglos XVIII y XIX para procesar y comercializar el trigo, uno de los mayores bienes de la comunidad, al grado de que Jalpa fue reconocida a nivel nacional como "el granero del país". En este lugar pervive un acueducto que trasladaba agua de la presa al molino, que generaba energía eléctrica.

Uno de los puntos más bellos de este Pueblo Mágico es el antiguo jardín donde los hacendados acostumbraban pasear, en medio de abundante vegetación, con especies traídas desde Europa primero por Manuel Cánovas y después por Oscar Braniff, en muchos de los viajes que realizaron. En medio de este Edén sobresale una enigmática gruta, donde antaño existió un pequeño zoológico.

Otro sitio muy bello y tranquilo son las huertas de nuez, llenas de jóvenes nogales que producen entre 20 y 30 toneladas de nueces por año, y que además brindan un hermoso paisaje con el verde colorido de sus hojas. En total, la hacienda cuenta con catorce habitaciones, una hermosa cocina y un restaurante espectacular que sirve los mejores platillos tradicionales de Jalpa.

La historia del pueblo está contenida en el museo Luis Cabrera, que cuenta con un extenso archivo de fotografías, documentos, objetos, herramientas, armas, muebles y datos relevantes de los orígenes y desarrollo de este Pueblo Mágico.

Lo imperdible en Jalpa de Cánovas Pueblo Mágico

Jalpa se encuentra rodeado de bellos parajes naturales que sirven como escenario para múltiples aventuras. Los más conocidos son las presas: Vieja, Santa Efigenia y Recibidora.

La primera fue mandada a construir en el siglo XVIII por don Pedro Monterde, como una notable obra de ingeniería que permanece incólume hasta nuestros días. En los alrededores de sus quietas aguas se puede pasear y descansar apaciblemente bajo la sombra de los árboles frutales.

La presa de Santa Efigenia es la más grande de Jalpa y data de finales del siglo XIX; tiene capacidad para más de 50 mil metros cúbicos de agua, y su creación, a cargo del arquitecto Luis Long permitió formar un gran lago que permitiera irrigar 7,200 hectáreas de tierras bajas.

Es una obra particularmente bella por su cortina de mampostería de 24 metros de altura y sus 457 metros de largo entre dos montañas. La "presita Recibidora" es la más turística de las tres, pues está enmarcada por una enorme zona arbolada donde se pueden encontrar fresnos y eucaliptos.

En la ex Hacienda de Cañada de Negros existe un lago, junto al que se ha instalado un bello parque ecoturístico que cuenta con renta de caballos, bicicletas, tirolesa, rappel, escalada, gotcha, kayaks, cabañas y área de campamento.

Es un sitio también lleno de historia, pues debe su nombre por la gran cantidad de esclavos africanos que fueron traídos para trabajar en la hacienda, donde además se encuentra el Templo de Nuestra Madre Santísima de La Luz, el orgullo de la comunidad.

Existen otros cuerpos de agua en Jalpa como algunas cascadas y el Manantial Los Tanques, además del Ecoparque Mil Azares y el Área Natural Protegida de Las Musas, junto al río Colorado y compuesto por especies arbóreas como fresnos, sauces y ahuehuetes, en los que habita una fauna de más de 140 especies, entre mapaches, tejones, murciélagos, tortugas, camarones y cangrejos de río y más de 218 especies de flora.

Un maravilloso modo de conocer este Pueblo Mágico es visitando sus viñedos, en los que se confunde el verdor con el azul de las nubes del Bajío mexicano.

En verano, se puede participar en la vendimia y pisar las uvas junto con la comunidad en un ambiente de alegría y fraternidad; en las Bodegas El Lobo se cosechan cinco variedades de uva, con las que se producen siete vinos cuyos nombres están inspirados en piezas de música clásica, por el dramatismo y pasión de su sabor.

Otra gran época para visitar Jalpa de Cánovas es la Semana Santa, diferente del resto del país por su tradicional celebración de La Judea, que conmemora a Judas Iscariote, apóstol que traicionó a Jesús, por medio de dos tipos de máscaras, una con barba y otra negra, que simbolizan el antes y el después de la traición.

Qué comer en Jalpa de Cánovas Pueblo Mágico

La exuberancia de Jalpa se ve reflejada en su deliciosa gastronomía, que incluye platillos como caldo de zorra, enchiladas de cecina y mole de nuez con arroz, además de una exquisita variedad de vinos.

Uno de los mejores lugares para probar todo esto es El Rincón de la Galera, que además de ser hostal, sirve comida con un gran estilo casero; resultan imperdibles también el Mercado Municipal, la Hacienda San Cristóbal y, en las afueras del pueblo, Las Musas, donde un grupo de mujeres cocinan las recetas locales.

Qué comprar en Jalpa de Cánovas Pueblo Mágico

Además de uvas, en Jalpa se cosechan trigo, membrillo, zarzamoras, manzanas y nueces, con los que se elaboran deliciosos licores, conservas y mermeladas, que se venden en las tiendas del centro y los alrededores, como la de productos artesanales Braniff, en el Jardín Francés.

Para dormir en Jalpa de Cánovas Pueblo Mágico

Existen numerosas opciones de hospedaje en el centro de Jalpa y sus alrededores, para disfrutar la posibilidad de seguir paseando por los hermosos viñedos.

Una de las más populares es el hostal Rincón de la Galera, por su ambiente bohemio y sus precios accesibles; también el Hotel Hacienda San Cristóbal es muy socorrido, pues sus muros están llenos de historia y tradición, así como el Living Spirit, en la antiquísima hacienda de Cañada de Negros, donde se puede cabalgar a caballo, remar en kayak o dejarse consentir en el spa.

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Fotos de Jalpa Pueblo Magico

Como llegar a Jalpa de Canovas Pueblo Magico

Para llegar a Jalpa de Cánovas en automóvil, hay que llegar al estado de Guanajuato y a partir de ahí seguir 51 kilómetros desde la ciudad de León, por la Autopista Federal 37. En avión, AeroMéxico e Interjet llegan a la misma ciudad, o en autobús, existen transportes públicos que llegan directamente al Pueblo Mágico desde León, San Francisco del Rincón y Manuel Doblado.