El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Escápate a Tepoztlán

Nota sobre Escápate a Tepoztlán

Quizá lo más atractivo es su vida sencilla.

Su arquitectura que nos hace olvidarnos de todo. Como si el mundo se detuviera. Un fin de semana en este poblado puede ser la cura antiestrés, una limpia del caos y del ajetreo. Y si eres un turista, es un punto clave en tu camino.

Nada como desconectarte desde el viernes.

Puedes llegar en la noche directo a dejar tu equipaje en la Posada del Tepozteco. Después, lánzate al restaurante Axitla, para una deliciosa y muy mexicana cena, a la par que contemplas las estrellas. El menú es variado, prueba la sopa de tortilla o el pato en salsa de zarzamora. Antes de dormir puedes dar un paseo por el pueblo o beber un digestivo en la terraza de tu habitación (la Posada del Tepozteco sólo tiene 12 habitaciones y 9 suites con terraza y jacuzzi). Descansa, porque el día siguiente será largo.

Empieza el sábado con un temascal (el famoso baño de vapor común en las culturas mesoamericanas) que te eliminará las toxinas y, sobre todo, te relajará pues, además del físico, uno de sus objetivos es el saneamiento emocional.

Después un desayuno vigoroso te dará la fuerza para subir el Tepozteco a fin de recorrer la zona arqueológica, esta visita la complementarás más tarde en el Museo de Arte Prehispánico "Carlos Pellicer Cámara", donde se exhiben fragmentos del dios Ometochtli. Este sitio es muy visitado porque existe la creencia de que te cargas de energía, sobre todo en el equinoccio.

De regreso, un chapuzón en la alberca te refrescará.

Si quieres un masaje en tu habitación, sólo lo tienes que agendar con anticipación. Existen muchas opciones para comer, pero no te pierdas los huauzontles de la Fonda Los Colorines. Luego, lánzate al Museo y Centro de Documentación Histórica de Tepoztlán, además de sus salas de exhibición, el inmueble en sí es muy atractivo, el Ex convento de la Natividad que data del siglo XVI ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y es parte de la Parroquia (que tampoco debes dejar de ver), donde te retamos a que busques el emblema de los dominicos.

Para terminar el día, date el lujo de probar una de las exquisitas Tepoz-Nieves, un producto artesanal lleno de combinación y originalidad.

La nevería ofrece una amplia variedad de sabores provenientes de frutas, semillas y licores. O también, ¿por qué no?, puedes cenar en tu habitación.

Al día siguiente, levántate temprano y anímate a tomar otro temascal.

Acto seguido encamínate hacia el colorido Tianguis o Día de la Plaza, localizado en el centro del pueblo. En el mercado hallarás deliciosos platillos, algunos de los cuales datan desde la época prehispánica: tamales, atole, itacates, gorditas de maíz, tlacoyos, y quesadillas. ¡Qué mejor desayuno! Después, curiosea por los alrededores, la artesanía es peculiar. Es un buen día para visitar el Parque Nacional El Tepozteco, de 24 mil hectáreas, donde resalta su amplia variedad de flora y fauna. Pero también puedes olvidarte de todo y caminar por el pueblo o el mercado (los domingos son los días de plaza) o tirarte en la alberca. Para luego comer en Casa Piñón o en La Luna Mextli o en el Mercado o en el restaurante Los Ciruelos (si optas por esta última opción, no dejes de visitar la tienda de guayaberas de Georgina Ferrer). El tiempo está por agotarse, pero lo has disfrutado. Empaca y antes de tomar el camino a casa, haz una parada en Amatlán de Quetzalcóatl, cuna de Ce Acatl Topilitzin Quetzalcóalt (a cinco kilómetros de Tepoz) y a San Juan Tlacotengo, al Norte, cuyo principal atractivo es su vegetación tupida y su clima un poco más frío. Tal vez en estos poblados encuentres tu sede para el siguiente fin de semana.