El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

El corazón colonial de México

Nota sobre El corazón colonial de México

Es una región del país de gran valor histórico y turístico.

En ella, sobresalen varias playas y ciudades coloniales. Puerto Vallarta, concurrido y agradable y el más modesto pero menos bello Manzanillo, son relevantes destinos de playa en el Pacífico Mexicano. Por su parte, Guadalajara es una urbe moderna y dinámica con un imponente casco colonial. Producto de la prosperidad dejada por la extracción minera del oro y la plata, son otras ciudades del corazón colonial de México, como: Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro y San Miguel de Allende. Dos sitios mágicos del periodo colonial michoacano son Morelia y Pátzcuaro.

Alejadas de las rutas más populares aparecen las aldeas de los indígenas coras y huicholes en lo más profundo de la Sierra Madre Occidental, así como también el poblado fantasma de Real de Catorce, las hermosas cascadas de la Huasteca Potosina y aisladas misiones en la fronda de la Sierra Gorda.

Algunas destacadas fiestas y celebraciones populares de esta zona de México son, por ejemplo, el Año Nuevo, el cual, en Ihuatzio, Michoacán, se caracteriza por los bailes tradicionales de los indígenas purépechas, al ritmo de las canciones pirecuas.

Una de las danzas más conocidas es la llamada Danza de los Viejitos, la cual en sus orígenes estaba dedicada al dios prehispánico Huehuetéotl. Para desarrollarla los indígenas portan máscaras de ancianos y coloridos jorongos de lana.

Otra celebración destacada, en este caso en los pueblos de  Tzintzuntzan y Tarímbaro en Michoacán, es la de Semana Santa, en el marco de la cual se lleva a cabo una representación de la Pasión de Cristo.

También son dignas de mención, las representaciones de la Pasión que se realizan en Guanajuato y San Miguel de Allende.

Imposible no mencionar la tradicional Feria de San Marcos, en el estado de Aguascalientes.

Esta verbena popular congrega hasta cien mil personas que colman las calles hidrocálidas día y noche para disfrutar de espectáculos, desfiles, fuegos pirotécnicos, peleas de gallos, charreadas y palenques.

En lo que se refiere al Día de Muertos, este es festejado de una manera ejemplar en el poblado de Janitzio, en Michoacán.

En estos días, dedicados al recuerdo de los seres queridos que se nos han adelantado al más allá, se efectúan danzas típicas como la antigua "Danza del Pescado", en donde a través de una vistosa coreografía, se nos muestra cómo se captura con redes a un danzante con máscara de pez.