Mucho ha evolucionado el automóvil desde que, en 1886, Karl Friederich Benz lo inventara. Vamos a detenernos en algo a lo que no se suele prestar atención y que resulta determinante, en muchos casos, a la hora de elegir vehÃculo: el diseño. Y es que, no solo nos fijamos en las prestaciones, el motor y la funcionalidad de un coche. A la hora de escoger, las formas y la belleza del auto juegan un papel determinante. A nadie le gusta tener un coche feo. Pero, al igual que han ido evolucionando los motores y los chasis, el diseño de automóviles también ha ido cambiando a lo largo de los años.
Cuando se inventó el coche, el diseño estaba inspirado en las calesas y los coches de caballos, medios de transporte habituales a finales del siglo XIX. Eran vehÃculos altos y ligeros. En esos primeros años no existÃa la preocupación por el diseño.
Poco a poco, los constructores se van dando cuenta de que, cuanto más bajo el eje de gravedad del vehÃculo, mayor estabilidad y seguridad en la conducción, por lo que los diseños pierden altura. Los motores pasan a situarse lo más abajo posible.
En los primeros años del siglo XX, los fabricantes de automóviles empiezan a darse cuenta de que necesitan un reclamo para aumentar las ventas. Emil Jellinek, fundador de Mercedes, aseguraba que los automóviles debÃan ser más rápidos y más bonitos que los coches de caballos, sus competidores de la época. En la misma lÃnea que Jellinek se manifestó Alfred Sloan, director de General Motors. Según Sloan, los coches debÃan poseer cierto estilo, lo que generarÃa la insatisfacción de los consumidores al comparar su coche antiguo con los nuevos modelos, mucho más sugerentes. De esta forma despertarÃan en los usuarios el deseo de comprar un nuevo automóvil antes de que sus coches dejasen de funcionar. Surge el concepto de la caducidad planificada.
A medida que va avanzando el siglo, los vehÃculos van pasando de lucir modelos abiertos, a otros más cerrados. Se va aislando al conductor del exterior y se le protege de las inclemencias del tiempo.
En los años 20 se realizan estudios sobre aerodinámica. Como resultado, los coches se cierran complemente y se crean grandes chasis con lÃneas curvas que mejoran el rendimiento aerodinámico. Los nuevos vehÃculos se alejan del aspecto de las calesas para crear diseños alargados que aspiran a fundirse con la carretera. Surgen los vehÃculos streamline, coches cuyas formas redondeadas al extremo encuentran la inspiración en los diseños de las aeronaves que llaman la atención de la sociedad. Estos vehÃculos alargados, con predominio de lÃneas horizontales, se basan también en el art nouveau. Los coches de este perÃodo son elegantes y grandes. Auténticos estandartes de distinción.
Tras la II Guerra Mundial pisa fuerte el estilo art dèco con lÃneas simples, esferas y triángulos. También, hay una mayor variedad de diseños y se empieza a trabajar en coches deportivos -en muchas ocasiones, variaciones de vehÃculos de carreras- con una gran aerodinámica y unas lÃneas curvas que reducen la resistencia del aire.
Por ejemplo, en 1954 el Mercedes 300 SL es el primero en introducir las puertas tipo alas de gaviota. Este tipo de puertas facilitaban el acceso al habitáculo que, al estar basado en un modelo de competición, se encontraba hundido en el chasis. También en la década de los 50 aparecen los pontones, que son los bulbos redondeados que cubren la parte superior de las ruedas.
Fuente: InfografÃa ¿Cómo será el auto del futuro?
La carrera espacial del perÃodo de la Guerra FrÃa trajo la proliferación de colas y aletas en la parte posterior de los coches. Un claro guiño a los cohetes espaciales.
En los 70 se democratiza el automóvil. Casi todas las familias tienen ya un coche. Los vehÃculos se vuelven más angulosos como reacción a la proliferación de las curvas y las aletas de la década anterior. Surge el boxy style, coches de formas cuadradas y gran volumen que provocan una pérdida aerodinámica y un aumento del consumo. Cuando estalla la crisis del petróleo, la venta de este tipo de vehÃculos se desploma. Los fabricantes tienen que recurrir a crear modelos más ligeros y motores de menor tamaño. De esta época son también los vehÃculos wedge style, coches con capó y parabrisas en forma de cuña que caÃan en picado tras el habitáculo.
En los 80 se produce una vuelta a las formas curvas, aunque no tan exageradas como con el estilo streamliner. En este tiempo hay una preocupación por mantener un consumo de combustible razonable.
A partir de los 90 aparecen diseños más heterogéneos. En esta época se distinguen tres estilos diferentes: retro, anguloso y curvado.
En la actualidad sigue imperando la diversidad de formas y estilos. Cada fabricante trabaja en una determinada lÃnea y ofrece una continuidad en sus diseños. Se desarrolla la imagen de marca. Los usuarios saben de antemano qué pueden esperar de cada casa.