El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Datos curiosos de Durango y sus magicos pueblos

Nota sobre Datos curiosos de Durango y sus magicos pueblos

Durango es un estado de la República Mexicana que tiene muchos tesoros turísticos para ofrecer. Es una entidad del norte del país que tiene rincones silvestres imperdibles y pueblos colmados de antiguas tradiciones. Durango cuenta con 39 municipios y muchas anécdotas interesantes que vale la pena conocer. Lo anterior nos motiva a comentarles algunos datos curiosos acerca de Durango y sus magicos pueblos.

El nombre original de esta parte de la geografía mexicana es “analco”, palabra nahuatl que significa “al otro lado del río”. Durango, en cambio, es un nombre proveniente del idioma euskera que quiere decir “más allá del agua”. Es la cuarta entidad más grande de nuestro país.

Es claro que Durango es una zona con gran presencia indígena. De hecho, en esta parte del país habitan principalmente cinco grupos étnicos: tarahumaras, coras, huicholes, nahuatl y tepehuanes. Hoy por hoy el grupo étnico con más individuos en Durango es el tepehuano, con unas 30 mil personas aproximadamente.

Cuando viajen por estos rumbos de la nación mexicana exploren el centro histórico de la ciudad de Durango, capital de la entidad. No solo es el cuarto centro histórico de mayor tamaño a nivel nacional, sino que también, por su riqueza arquitectónica, histórica y cultural, está declarada como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.

La gastronomía duranguense es especialmente generosa en detalles interesantes, los cuales integran un imán irresistible para cualquier viajero. Definida especialmente por su combinación de ingredientes mestizos, la cocina típica de Durango incluye conservas y frutos variados como chabacanos, manzanas, peras e higos.

En los diferentes pueblos y ciudades de Durango es posible hallar auténticos expertos en el añejamiento de quesos y en el secado de chiles y carne. También es sencillo hallar en los mercados y comercios de las comunidades duranguenses mezcales variados y suculentas golosinas elaboradas con nuez.

Una de las figuras más famosas de la historia de México es Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa. Este caudillo de la Revolución Mexicana, el célebre Centauro del Norte, nació en territorio duranguense y muchas personas acuden a los rumbos de la entidad para conocer los lugares donde tuvo sus primeras experiencias bélicas este inolvidable personaje.

Los Pueblos Mágicos de Durango son un par de lugares turísticos que llenan de encanto al norte de nuestro país y que nos animan a adentrarnos en sus formidables parajes. No obstante, ¿cuáles son los Pueblos Mágicos duranguenses? ¿Cuáles son sus principales atracciones? Justo eso es lo que comentaremos a continuación.

Dos son los Pueblos Mágicos con los que cuenta el estado de Durango: Mapimí y Nombre de Dios.

Mapimí es un sitio provincial que se perfila como irresistible para los viajeros, en especial por sus abundantes bellezas silvestres. Nombre de origen indígena “mapimí” quiere decir “cerro elevado o piedra en alto”. Hace muchos siglos fue la morada de las etnias toboso y cocoyome.

Uno de los elementos más representativos del lugar es el puente colgante de Ojuela, añeja conexión que permitía el transporte de los minerales obtenidos en la mina de Santa Rita.

Por lo que se refiere a las atracciones disponibles en el Pueblo Mágico de Mapimí, les sugerimos visitar sitios como los siguientes: el recinto Hidalgo, la Iglesia de Santiago Apóstol, la Plaza de Armas, el Callejón de las Flores, la mina y el mencionado Puente de Ojuela, la famosa Zona del Silencio, el Museo Benito Juárez y la Reserva de la Biósfera Mapimí.

Pocos lugares en México- y en general en todo el continente americano-, resultan tan propicios para la contemplación de la naturaleza y la ecodiversidad que allí se manifiesta. Las condiciones naturales de estos sitios duranguenses, hacen que los visitantes se vean inmersos en impresionantes parajes, difíciles de olvidar, por su rotundo exotismo. Se trata de la Reserva de la Biósfera del Bolsón de Mapimí y la famosa Zona del Silencio.

La primera recomendación nos lleva a una de las áreas silvestres más admirables del estado de Durango, aunque también comprende parte de Coahuila y de Chihuahua. La parte  de la Reserva que corresponde a los municipios duranguenses de Tlahualilo y Mapimí, es la más baja del todo el estado. Es interesante saber que en esta área únicamente llueve 266 milímetros de agua a lo largo del año. De tal suerte que, la temperatura imperante ronda los 28 grados centígrados durante el día y los -7 durante la noche. Debido a las particularidades geográficas de esta reserva, se pueden distinguir varios tipos de suelo: arcilloso, salino, de grava y de yeso.

Además, la Reserva de la Biósfera del Bolsón de Mapimí  es el hogar de 350 especies vegetales, como matorrales, pastizales, vegetación de chaparral, etc; y 270 especies animales, incluyendo 36 especies de reptiles, 5 de anfibios, 200 de aves y 28 de mamíferos. También moran aquí varias especies en peligro de extinción: el halcón pálido, el aguililla de cola roja, el venado bura y la tortuga del bolsón.

Por lo que se refiere a Nombre de Dios también hay mucho que ponderar por la gran oferta turística de este Pueblo Mágico de Durango.

En este atractivo pueblo duranguense, aún se mantienen en pie, vestigios como los de la Iglesia de San Francisco, la Iglesia de Santiago Apóstol, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y la Capilla de la Purísima Concepción, con su notable techo de viguería. A no más de cinco kilómetros, al oriente de Nombre de Dios, se levanta la barroca capilla de la hacienda de Juana Guerra. Es una grata construcción, que cautiva a los exploradores de Durango, con su breve torre de campanario de un solo cuerpo.

Aparte de tan hermosas iglesias, el pueblo de Nombre de Dios destaca por sus cestos elaborados con corteza de sauce, carrizo, cuero de toro y taray. Además, la gastronomía de esta comunidad duranguense es por demás deliciosa. Algunos de los postres más ricos de Nombre de Dios son los dulces cristalizados, el perón, membrillo y los orejones de calabacita. También recomendables son las típicas gorditas rellenas de diversos guisados. Bebidas como el mezcal y el vino de frutas, son infaltables en la mesa de los habitantes de Nombre de Dios.