El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Celestún, cuna del ecoturismo en México

Nota sobre Celestún, cuna del ecoturismo en México

Celestún es considerada cuna del ecoturismo en México, su nombre significa “piedra pintada” en maya yucateco, es un tranquilo pueblo de pescadores situado 91 Km al oeste de Mérida.

Aquí puedes encontrar extensos tramos aislados de hermosas playas y palapas donde se sirven los mejores pescados y mariscos en la región. Si buscas escapar de las multitudes de la ciudad y disfrutar de la naturaleza. Este sitio es ideal para ti.

Celestún es refugio de la fauna y área protegida desde hace más de 30 años por lo que quedarás encantados con todas las aves que surcan el cielo, la arena y las cálidas aguas de un verde esmeralda, además aquí habita una de las mayores colonias de flamencos Rosados (cerca de 18 mil) y distintas especies de tortugas marinas.

Existe gran riqueza de especies endémicas de plantas y además de un sinnúmero de peces y especies marinas, en sus manglares habitan un par de especies de cocodrilo, 234 especies de mamíferos que habitan en la ría, entre los principales están el ocelote, jaguar, tigrillo y el mono araña… todos en peligro de extinción.

Entre sus atractivos naturales se encuentran, al oriente el manantial Baldiosera donde se puede nadar y bucear; también está el manantial Cambay que es un ojo de agua dulce, y finalmente está Tambor, donde el principal atractivo son los flamencos quienes deben su pigmentación a la concentración de caroteno en el agua.

Para observarlos, sólo tienes que tomar una lancha; estas son administradas por una cooperativa por lo que además de divertirte estarás ayudando a los habitantes de la zona , el recorrido puede durar hasta seis o siete horas y puede ser tanto por tierra como por agua.

El costo varía dependiendo del número de pasajeros ya que el precio de 1,250 pesos por lancha se divide entre estos.

Puedes hacer el mismo recorrido por la noche; es completamente distinto ya que encontrarás animales que no son vistos durante el día y que salen a cazar cuando el sol se oculta.

Tampoco deberías irte sin visitar alguno de los restaurantes frente al mar donde puedes pescar y llevar tu presa para que la cocinen a tu gusto.

Si tu espíritu de aventura va aún más allá, puedes alquilar un kayak y remar por los estrechos canales que conducen a través de los manglares y explorar algunas de las zonas más remotas de la reserva.

La mejor temporada para ver flamencos es de noviembre a abril; por tratarse de una zona natural protegida, las lanchas de turistas tienen prohibido acercarse a los flamencos.

La distancia máxima permitida es de unos 20 metros, aproximadamente. No olvides llevar repelente de insectos.

Desde Mérida, en automóvil, el trayecto es de una hora y media.

Saliendo al sur de la capital yucateca con dirección a Umán, siguen los señalamientos a la ruta a Kinchil y después Celestún. Si prefieres tomar un autobús, de la terminal del centro de Mérida salen autobuses cada hora a partir de las seis de la mañana y hasta las ocho de la noche. El viaje dura aproximadamente dos horas.