El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Barroco en Cholula

Nota sobre Barroco en Cholula

Los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl enmarcan a una de las ciudades más antiguas: su fundación se remonta al año 500 a.

C. Su nombre en lengua náhuatl significa "Agua que cae en el lugar de la huida", hace referencia a la leyenda sobre su fundación y la llegada de los toltecas que convirtieron a este sitio en el mayor centro ceremonial del Anáhuac dedicado a Quetzalcóatl.

Cholula, considerada la cuna del mestizaje, fue una de las primeras ciudades que permitió el contacto entre dos mundos.

Los indígenas no fueron tratados por los españoles como esclavos y, como consecuencia, los apellidos indígenas aún se conservan.

Día 1 Si sales de la Ciudad de México el recorrido dura alrededor de una hora y media.

Llegué a instalarme en una casona del siglo XVII que perteneció al noble de ascendencia indígena Don Juan León y Mendoza, uno de los pocos descendientes del linaje supremo de Llamatecuhtli.

Hoy la estructura ha sido restaurada y es un hotel boutique de siete habitaciones llamado La Quinta Luna, sus precios de hospedaje van de 1650 a 3200 pesos.

Las gruesas paredes de adobe aíslan el ruido y verdaderamente transportan a un oasis de tranquilidad.

El hotel ofrece paquetes para conocer la cultura, historia y tradiciones de la región.

A tres cuadras del hotel está el Centro Histórico, ahí se encuentra la Plaza de la Concordia, la más grande de México después de la Metropolitana en el DF.

Los portales fueron construidos en 1593 para dormir en los días de tianguis y festividades, el área mide 170 metros de largo y la componen un total de 46 arcos.

Si tienes tiempo, súbete al tranvía para conocer a grandes rasgos los principales atractivos del lugar, como sus más de 40 iglesias.

Termina el día cenando en el Container City, es una ciudad hecha a base de contenedores marítimos, hay locales de comida, ropa y bares, no dejes de visitar La Ceiba.

Día 2 Después de desayunar disponte a caminar por la Plaza de la Concordia; cuentan que justo ahí habitaban los tlatoanis en sus palacios monumentales.

La guía me asegura que la región es comparada con la Meca: la Gran pirámide dedicada a Quetzalcóatl era motivo de grandes peregrinaciones.

Los españoles a su llegada quedaron impactados por los mercados enormes y la variedad de productos, en la plaza es posible observar las reminiscencias.

Un día muy especial es el 8 de septiembre, cuando las poblaciones cercanas se reúnen para intercambiar productos.

A un costado de los portales está la Parroquia de San Pedro, del siglo XVIII, su interior está recubierto por lámina de oro.

Alberga al que presumen como el mejor San Miguel pintado por Cristóbal Villalpando, conocido por su estilo manierista.

Frente a la parroquia está el Museo Casa del Caballero Águila, en lo que fuera la casa de Hernán Cortés, la pintura exterior está siendo restaurada respetando su composición original, el recinto alberga arte prehispánico, novohispano.

Al salir del museo me dirigí rumbo a la Capilla Real o de Naturales del siglo XVI.

Guillermo Kahlo la hizo famosa al retratarla e incluirla en uno de sus catálogos. Es de estilo mozárabe similar a una mezquita, lo más distintivo son sus 49 cúpulas, dentro se conserva una pila con flores de cuatro pétalos, que simboliza el ciclo de 52 años. Al lado de la capilla está el Convento de San Gabriel, cuyo interior es de estilo neogótico, este es el recinto de la Virgen de la Encarnación, quien es muy socorrida por los locales. El portal de peregrinos es la actual Biblioteca Franciscana, cuenta con un acervo de libros de los siglos XVI al XIX; en la sala de exposiciones se pueden observar los murales franciscanos que originalmente tenía el convento.

Después visité la Gran Pirámide de Tlachihualtépetl dedicada a Quetzalcóatl, de lejos parece ser un cerro natural y en la punta hay un santuario dedicado a la Virgen de los Remedios.

A más de 60 metros de altura tendrás una excelente vista de la ciudad. Vale la pena conocer el Museo de Sitio, ahí encontrarás una maqueta que te dará la mejor perspectiva de la pirámide y una copia del mural de los bebedores de pulque que se encuentra en el patio de los altares. Cada 52 años los hombres se purificaban bebiendo el también llamado néctar de los dioses y otras plantas alucinógenas para estar en contacto con sus deidades, vomitar era un símbolo de purificación.

Finalizamos el recorrido en la iglesia de Santa María Tonanzintla, un claro ejemplo del sincretismo religioso, la fachada es vistosa con colores rojos, amarillos y azules.

Cada detalle tiene dos significados, el católico se centra en detalles de la vida de la Virgen y el indígena hace referencia al paraíso de Tláloc, a quien se le ofrecían niños. Se pueden observar sacerdotes vomitando y niños con caras abultadas. El altar principal, dedicado a Santa María, hace referencia a la diosa de la fertilidad, cuya característica principal son las manos de frente.