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San Pedro Atocpan, Distrito Federal

Si uno se pregunta cuál es el platillo que más se consume en las fiestas y celebraciones familiares en nuestro país, la respuesta es el tradicional mole.

Se trata de un verdadero manjar que casi alcanza, con justicia, la proyección de símbolo nacional en lo que se refiere a la gastronomía.

Pues bien, para degustar el mole en su más tradicional presentación, es esencial conocer el pueblo de San Pedro Atocpan, cuyos moradores llevan ya, más de cinco décadas preparando distintas variedades de este platillo mexicano.

Atocpan es una palabra náhuatl que significa {sobre tierra fértil}.

En tiempos prehispánicos sus habitantes estaban bajo el dominio del señorío xochimilca. Tras la conquista, los franciscanos se encargaron de la evangelización del lugar. De esto queda constancia en su templo y convento, edificado en 1680.

Fue hasta 1864 cuando San Pedro adquirió la denominación de municipio y si bien las regiones colindantes fueron escenarios de cruentas batallas revolucionarias, San Pedro Atocpan no padeció ninguna de ellas.

En las primeras décadas del siglo XX, este pueblo aún no contaba con luz eléctrica y agua entubada y la comunidad se reducía a un diminuto caserío levantado con tejamanil, piedra, zacate y adobe.

Fue precisamente el mole, y su elaboración masiva en la década de los sesenta, lo que hizo que la comunidad prosperara hasta el punto de que el noventa por ciento de la población se dedica de lleno a esta industria.

Finalmente, hay que mencionar que el mercado principal del mole de Atocpan es la Ciudad de México, a la cual, hace todavía una década, se le suministraban de ocho a diez toneladas diarias de mole. Qué visitar en San Pedro Atocpan

Conviene comenzar por la Plaza San Martín, la cual no se localiza en el centro del pueblo, sino a un lado del camino que conduce a Milpa Alta.

Se trata de un vasto espacio con jardines, árboles y juegos infantiles, que cuenta además, con un encantador quiosco de concreto. No lejos de allí, se levanta el Templo de San Martín, el cual expone finos adornos de ángeles, elementos vegetales y rehiletes, en su arco de acceso, las pilastras que lo soportan y el friso. Es una construcción de 1560 y sobresalen en su cornisa dos águilas bicéfalas. Cuenta además, con una torre y una espadaña sin campana.

Otro recinto religioso de gran valía en el lugar es el Santuario, en donde se venera al Señor de las Misericordias.

Se trata de una construcción de amplias dimensiones, concluido hasta el final de la década de los setentas. En su vasta nave, entre vitrales de gran colorido, aparece un notable Cristo negro, elaborado en el siglo XVI, con caña de maíz. Desde la terraza del Santuario del Señor de las Misericordias se aprecia una hermosa vista de todo Actopan.

Imperdible en una visita a este pueblo del Distrito Federal, es la Parroquia y ex Convento de San Pedro.

Se distingue por sus cuatro nichos, ubicados entre sencillas y delgadas columnas pétreas. Se disfruta mucho al contemplar los elementos ornamentales que embellecen su arco de acceso, así como también el escudo franciscano que incluye. En el interior de este edificio sacro, existe una sola nave, de bóvedas color azul y dorado. Allí se puede contemplar al santo patrono, San Pedro, colocado dentro de un ciprés. Cómo llegar

Para arribar a San Pedro Atocpan se pueden utilizar las carreteras federales Mexico-Tlayacapan y México-Oaxtepec.

Desde la Ciudad de México, es posible tomar la línea 2 del metro hasta la estación Taxqueña y desde allí un autobús de la línea 81 o el RTP del paradero norte. Información relevante

De entre las fiestas religiosas más importantes de Atocpan sobresale la de San Pedro, la cual tiene lugar el 29 de junio.

En el marco de esta celebración se lanzan fuegos artificiales, se realizan danzas y se degusta con abundancia, mole con guajolote. También significativa es la fiesta del Señor de las Misericordias, que incluye una peregrinación de los oriundos de Atocpan, desde la Ciudad de México, hasta el santuario del Cristo Negro. Actividades a realizar

Además de visitar los lugares comentados anteriormente, se recomienda disfrutar de la tradicional Feria del Mole.

En el marco de esta muestra, quienes visiten este pueblo encantador, tendrán la oportunidad de probar platillos elaborados con distintos moles: almendrado, verde, pipián, rojo, etc. y por supuesto acompañado de tamales, arroz y frijoles. Para este fin los habitantes del lugar instalan numerosos restaurantes temporales.  La Feria del Mole incluye además, jaripeos, bailes masivos y juegos mecánicos.

Más información en: http://www.

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