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La leyenda del Callejón del Beso, en Guanajuato

Guanajuato, capital del estado homónimo, es una ciudad colonial de singular hermosura.

Es de esos lugares en el país que destacan, en parte, por su enorme acervo de leyendas, tradiciones y referencias históricas. Por lo anterior, es uno de los sitios más recomendables para turistear, ya sea en un plan cultural, de descanso o de diversión.

Quien transita por las calles de Guanajuato se llena de un particular sortilegio, una atmósfera mágica que parece emanada de otro tiempo y que se deja sentir, principalmente, en sus antiguos callejones.

Pero antes de comentar acerca de uno de los callejones más famosos de Guanajuato, el Callejón del Beso, hay que ponderar la riqueza turística de esta ciudad encantadora: cada rincón nos ofrece un museo; cada calle recorrida, una iglesia de gran valía estética y arquitectural; cada mirador, paisajes que quitan el aliento, a fuerza de noble belleza y vastedad.

El Callejón del Beso es uno de los lugares más visitados de la ciudad de Guanajuato.

Su celebridad la debe a una historia típica que merece conocerse, en especial por su trágico y cautivador desenlace.

De acuerdo a esta leyenda Doña Carmen, hija de un hombre acaudalado pero irascible, se enamoró de Don Luis, un joven minero sin fortuna.

El padre de Carmen busca separarlos y por ello, decide encerrar a su hija. Con la ayuda de la dama de compañía de Carmen, los amantes logran reunirse. Luis halla la manera de ver a Carmen a escondidas: a través de una ventana que daba a este angosto callejón, tan estrecho, que era factible tocarse desde la ventana de enfrente. Por tal razón, Luis adquiere esta vivienda y así, puede comunicarse con su amada.

Así los jóvenes acostumbraban besarse con tan solo asomarse a la ventana y librar en un abrazo, los 63 cm que los separaban.

No obstante el padre de Carmen, al descubrir este recurso, se llenó de furia y clavó un puñal en el pecho de su hija. Luis, incapaz de soportar el dolor de perder a Carmen, se quita la vida.

A partir de ello surgió la tradición de que, las parejas que visiten este lugar en Guanajuato, el callejón donde se amaban Doña Carmen y Don Luis, deben de darse un beso, para obtener de esta manera siete años de buena suerte.

En caso contrario, se consiguen siete años de penas e infortunios. Por ello, las parejas de turistas que frecuentan ese pintoresco sitio, suben al séptimo peldaño de la escalinata y se demuestran su cariño con un amoroso beso, en honor a aquellos amantes de tan triste sino pero tan permanente gloria.
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