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Arroyo Seco, municipio queretano para el fin de semana

Localizado al norte de la capital de Querétaro, en el entorno silvestre de la Sierra Gorda, entre los ríos Ayutla, Aconcá y Santa María, se localiza el bello municipio de Arroyo Seco. Allí puede conocerse una de las cinco misiones franciscanas declarada como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Los habitantes de esta zona de Querétaro son descendientes de los indígenas chichimecas, purépechas y mexicas que habitaron la región en tiempos precolombinos. El municipio que les recomendamos conocer en paseos de fin de semana, fue conocido en sus inicios como El Presidio de Arroyo Seco y desde 1833 como Villa de Guadalupe. Fue hasta 1840 que el lugar adoptó el nombre de Arroyo Seco, sin más.

La fiesta típica de mayor importancia en el municipio de Arroyo Seco es la dedicada a San Miguel Arcángel, la cual se celebra el 29 de septiembre.

Incluye diversas actividades tan coloridas como pintorescas, como es el caso de verbenas populares y ventas de artesanías. En la cabecera municipal de Arroyo Seco, hay numerosos artesanos dedicados a la confección de sillas de montar, gratas cratas de piel, barricas de madera y barrilitos.

Por lo que se refiere a la gastronomía de Arroyo Seco, esta incluye platillos tan ricos como la barbacoa de borrego cubierta de pencas de maguey o las enchiladas serranas acompañadas de cecina.

De postre se aconseja saborear la chancaquilla, dulce tradicional preparado con semillas de calabaza. Y en cuanto a las bebidas tradicionales de Arroyo Seco destaca el pulque, el atole de maíz de teja y la miel de maguey.

Dos atractivos que se pueden incluir en un paseo por el municipio de Arroyo Seco son la Misión de San Miguel Concá y el Sótano del Barro.

La hacienda fue construida en 1754 y tiene una ornamentación de estilo mestizo con flores y follaje, pero también encantadoras esculturas de tosa elaboración, que denotan la mano de obra indígena. Incluye además un detalle único en la arquitectura sacra latinoamericana, la representación del sol y la luna, lo cual representa la dualidad del universo y la de la unión de las culturas indígena y española.

El Sótano del Barro, por su parte, es un formidable agujero que nos deja dar un atisbo a las entrañas mismas de la tierra.

Este colosal abismo tiene 500 metros de diámetro y 450 de profundidad. También es el ámbito en donde habita una gran variedad de plantas y animales.
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