El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Acolman, el Pueblo Mexicano de las Piñatas de Navidad

Nota sobre Acolman, el Pueblo Mexicano de las Piñatas de Navidad

Es una comunidad mexiquense pequeña en su extensión territorial pero grande en su herencia histórica, arquitectónica, artística y cultural.

Y esto último se hace más patente en lo que se refiere a sus tradiciones, como es el caso de la elaboración de piñatas navideñas. Nos referimos a Acolman, uno de los llamados Pueblos con Encanto que mejor se prestan para ser visitados durante las vacaciones decembrinas.

Año con año la explanada del palacio municipal de este Pueblo del Estado de México se llena de colores a través del confeti, cartón, ollas de barro de diferente tamaño, pegamento o engrudo, etc.

Pero lo más sobresaliente es la creatividad de la que hacen gala los lugareños para mantener vigente una tradición que inició hace más de 400 años. Se dice que la primera piñata fue creada en el interior del Ex Convento de Agustín. Un grupo de familias de Acolman se esmeran para elaborar las piñatas con los diseños más divertidos para comercializarlas en los últimos meses del año. Es una artesanía mexicana muy original y atrayente.

Cabe mencionar que de manera anual se lleva a cabo en Acolman la tradicional Feria de la Piñata.

Por lo general se lleva a cabo en la segunda quincena de diciembre e incluye diferentes actividades además de la venta y exhibición de piñatas navideñas, como por ejemplo concursos de piñatas, talleres para la elaboración de piñatas, conciertos con grupos de música popular, venta de antojitos, exhibición de pirotecnia y mucho más. Acolman recibe con motivo de este evento, un promedio de 250 a 300 mil visitantes.

Conviene conocer algunos datos interesantes acerca de Acolman, el pueblo mexicano de las piñatas de Navidad.

La fundación de Acolman se remonta al siglo XIII, pues se piensa que surgió de un asentamiento de los indígenas acalhuas, uno de los siete pueblos de la etnia chichimeca. Tras algunos problemas con su entorno y los pueblos cercanos lograron hacer del lugar un asentamiento importante, especialmente durante el reinado de Nezahualcoyotl. Cuando llegaron los españoles al territorio mexicano, Acolman estaba bajo el mando de Xocoyotzin.

Tras la conquista, cuando se dio la repartición de encomiendas, Pedro de Solís de los Monteros se hizo con el gobierno de Acolman, la cual fue heredada a su hijo llamado Francisco de Solís.

En la actualidad el pueblo lleva por nombre oficial Acolman de Nezahualcoyotl. Las actividades principales de la comunidad son la ganadería, industria y fluricultura. Por supuesto desde que fue declarado Pueblo con Encanto Acolman ha mejorado mucho su proyección turística.

Es recomendable visitar Acolman durante las vacaciones de diciembre, las celebraciones navideñas, por la tradicional Feria de la Piñata, pero también por el misticismo y encanto de otros tiempos que se percibe en su ambiente.

El Ex Convento de San Agustín en Acolman es una verdadera belleza, una joya en cada uno de sus detalles arquitectónicos, sus antiguos edificios. Incluso no requiere de oropeles en su diseño o estilo, al tratarse de un complejo conventual de sobria estampa: la naturaleza ha ido dándole una estampa muy sugestiva con sus vastos llanos y vegetación fragante, transformándola así en un lugar imperdible para visitar durante la Navidad y en general durante todo el año.

También es imperdible el Museo Colonial de Acolman, ubicado en el mismo Ex Convento de San Agustín, justo en los recintos que antaño fueran la portería, la cocina, el refectorio y el anterefectorio.

Tiene tres salas que nos ofrecen una exposición temática acerca de la edificación de este complejo conventual, de la vida cotidiana de los religiosos que lo habitaron y de la colección de pinturas y objetos sacros que se resguardan allí.

Acolman se encuentra a solo una hora de la Ciudad de México.

Para visitar este formidable pueblo del Estado de México hay que seguir la autopista México-Pachuca y luego la carretera Tulancingo-Pirámides. Posteriormente se debe tomar la desviación 132 D denominada como avenida de Los Agustinos.