El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Acampar, una aventura para disfrutar de la naturaleza

Nota sobre Acampar, una aventura para disfrutar de la naturaleza

Acampar es una actividad que nos permite recordar aquellos tiempos de nomadísmo, cuando los primeros homo sapiens podían instalarse en cualquier lugar y posteriormente retirarse sin dejar rastro.

En la actualidad acampar es sumamente sencillo, el precio de una casa de campaña promedio es muy accesible y, afortunadamente, existen innumerables destinos que nos esperan en México y el mundo para ser  acampados, lo único que falta es disposición.

Además, acampar tiene varias ventajas, nos permite tener un contacto más cercano con la naturaleza  y, por lo general, nos hace ahorrar mucho dinero por concepto de hospedaje.

Para el viajero existen tres tipos de campamentos: 1.

Campamento salvaje. Implica adentrarse en un lugar recóndito, ya sea playa, bosque, selva o desierto, e instalarse con completa libertad. Ocasionalmente este campamento por la libre puede ser peligroso por la presencia de animales salvajes o algún indeseable asalto; por ello es bueno investigar bien antes de hacerlo, hablar con los lugareños para ganar confianza.

2.

Campamento de paga. Últimamente ha proliferado en muchos pueblos y sitios naturales, áreas específicas para acampar, donde se paga por una especie de "derecho de piso", lo cual permite tener acceso a baños, regaderas y seguridad. Aún así, acampar siempre será más barato que un hotel. Pero aún así, debemos tomar ciertas medidas de seguridad, como cerrar las casas de campaña con candado, ya que nunca faltan pillos que esperan cualquier distracción para privarnos de objetos de valor.

3.

Campamento por solicitud. No hay que olvidar que gran parte del territorio nacional tiene dueño, ya sea en propiedad ejidal, comunal o particular. En ciertos momentos, para el viajero intrépido, resulta sencillo hablar con la gente del lugar que visita y solicitar un espacio para acampar. Si se tiene suerte, es posible pasar la noche en sitios hermosos bajo un acuerdo que puede resultar gratuito o a un bajísimo costo. Finalmente para el propietario, prestar o rentar un trozo de piso por una noche puede representar un ingreso inesperado que no le genera ningún esfuerzo.