El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

3 murales espectaculares de la Ciudad de México 3 parte

Nota sobre 3 murales espectaculares de la Ciudad de México 3 parte

En las paredes de Palacio Nacional se encuentra plasmada una serie de murales en las que se narra la historia de México, obra de Diego Rivera.

Te invitamos a conocerlos.

3.

El Mercado de Tlatelolco, en Palacio Nacional Entre 1929 y 1935, el famoso muralista mexicano, Diego Rivera, dio vida -en las paredes que rodean al bello patio central del Palacio Nacional, a una serie de obras que dan cuenta de la historia de México, desde la época prehispánica hasta las primeras dos décadas del siglo XX. Particularmente, en aquel que se localiza en la parte superior-norte, donde se recrean los tiempos de la antigua México Tenochtitlan, el reconocido artista guanajuatense evocó, de modo espléndido, una intensa jornada en el popular mercado de Tlatelolco, el centro de intercambio comercial más importante de la región durante los primeros años del siglo XVI (incluso hasta 1519, cuando se da el contacto de español con el pueblo mexica). En primer plano, destacan la figura del Tlatoani o jefe de los aztecas, quien sentado en su icpalli (o trono entretejido), supervisa cada una de las acciones que se suscitan en el multitudinario escenario. Por otro lado, es digno de advertir el numeroso contingente de comerciantes o pochtecas quienes, al pie de sus puestos removibles, ofrecen todo tipo de productos (plumas, telas, pieles de animales y metales preciosos) traídos muchas veces desde tierras muy lejanas -incluso más allá de sus fronteras como el Soconusco chiapaneco. Detrás de este conjunto destaca, en un magnífico trabajo de perspectiva y de documentación por parte de Rivera (sobre la disposición de ciertos templos y edificios muy importantes en la antigua capital de los aztecas), el espectacular ambiente lacustre que imperaba en la región, así como el Templo Mayor, entre otras construcciones que los arquitectos mexicas levantaron para engalanar su ciudad ganándole inteligentemente terreno a la laguna mediante en el sistema de "chinampas"... todo un portento para la ingeniería de aquella época. Hay quien ha descrito este mural de Diego Rivera como “una excelente obra en su dibujo, de notable colorido, pero mejor aun en su magnífica composición pictórica global”.