El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

20 pueblos mágicos de México

Nota sobre 20 pueblos mágicos de México
Cholula (Puebla)

El Santuario de Nuestra Señora de los Remedios corona la Gran Pirámide de Cholula, a 10 kilómetros de Puebla.

La pirámide, solo parcialmente excavada en su base, mide 450 metros de lado y 65 metros de altura, y ejerció en el pasado de centro de rituales prehispánicos. Al fondo, el volcán Popocatepetl. © CPTM Álamos (Sonora) Soportales en la Plaza de Armas de Álamos (Sonora). La Secretaría de Turismo de México puso en marcha en 2003 el programa Pueblos Mágicos para revalorizar un conjunto de poblaciones que han preservado su legado histórico y cultural a través del tiempo. La lista abarca 83 localidades, de la A de Álamos (Sonora) a la Z de Zacatlán (Puebla). Las 20 poblaciones de esta fotogalería pertenecen a ella. © CPTM / FOTO: RICARDO ESPINOSA Álamos (Sonora) Interior del hotel Hacienda de los Santos, en Álamos (Sonora), pequeña ciudad de soportales, calles empedradas, arcos, patios y jardines interiores. © CPTM / FOTO: RICARDO ESPINOSA Comala (Colima) "Vine a Comala porque me dijeron que aquí vivía mi padre, un tal Pedro Páramo". El pueblo fantasmal donde Juan Rulfo situó su célebre novela existe. Un municipio arropado de arboledas en el pequeño Estado de Colima, a unos 160 kilómetros al sur de Guadalajara. © CPTM / FOTO: RICARDO ESPINOSA Cuetzalán (Puebla) Se dice que el nombre original de Cuetzalán era Quetzalan, "el lugar donde vuelan los quetzales”, aves a las que debe su nombre la danza de los Quetzales o Cuetzaltines, donde los participantes lucen llamativos tocados de colores. Al igual que la danza de los Voladores (en la foto), sus orígenes se remontan a la cultura Totonaca. © CPTM / FOTO: RICARDO ESPINOSA Cuitzeo (Michoacán) El antiguo convento de María Magdalena en Cuitzeo (Michoacán). © CPTM / FOTO: RICARDO ESPINOSA Malinalco (Estado de México) Enclavado en un valle de escarpados precipicios y antiguos templos aztecas, Malinalco conserva una atmósfera tranquila, con un puñado de tiendas hippies y pequeños hoteles para mochileros. © CPTM / FOTO: RICARDO ESPINOSA Malinalco (Estado de México) Los frescos del claustro del convento de los Agustinos de Malinalco, del siglo XVI, muestran 23 especies diferentes de plantas de la región de Malinalco usadas por los aztecas con fines medicinales. © CPTM / FOTO: RICARDO ESPINOSA Mazamitla (Jalisco) Los fines de semana, este sencillo pueblo de montaña al sur del lago de Chapala, a 132 kilómetros de Guadalajara, se anima con los visitantes que acuden allí para practicar el senderismo y los deportes de aventura. © CPTM / FOTO: RICARDO ESPINOSA Pátzcuaro (Michoacán) El vallisoletano Vasco de Quiroga trasladó a mediados del siglo XVI la Utopía de Tomás Moro a poblados de Michoacán como Morelia o Pátzcuaro, que conserva su trazado original renacentista. Su catedral, la basílica de Santa María de la Salud, consta de cinco naves, una para cada lengua indígena. Su fundador, Vasco de Quiroga, está enterrado en el altar, al lado de una virgen hecha de masa de maíz y orquídeas. © CPTM / FOTO: RICARDO ESPINOSA VER MÁS