El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Yanhuitlán y su hermosa arquitectura

Nota sobre Yanhuitlán y su hermosa arquitectura

En el estado de Oaxaca, a unos 80 kilómetros de la comunidad de Huajalpan de León, siguiendo la carretera federal 190, aparece el pueblo de Yanhuitlán.

La magnífica iglesia y el viejo ex convento, los cuales tienen sus orígenes en 1550 fueron escenarios de algunas importantes batallas de la Independencia Mexicana.

Las pintorescas calles de esta población oaxaqueña tienen como centinela su noble iglesia.

Tanto el templo como el ex convento de Yanhuitlán son obras maestras de la arquitectura novohispana y sus construcciones fueron iniciadas por Fray Domingo de Santa María en 1548.

Un acertado consejo para quienes den un paseo por este mágico, pueblo oaxaqueño, es degustar el llamado téjate.

Se trata de una bebida tradicional de apariencia grumosa, pero exquisito sabor que muy bien amerita darle deliciosos sorbos. En los mercados populares de Yanhuitlán se podrá observar a muchas tejateras ofreciendo esta interesante bebida, en grandes ollas de barro y utilizando como medios para servirla vasos o jícaras de artesanal manufactura.

De entre los platillos imperdibles de los rumbos de Yanhuitlán, tenemos el caldo de gallina criolla, el consomé de chivo bien caliente, el mole de guajolote o de gallina y el suculento pipián.

Como acompañamiento nada mejor que el aguardiente, el pulque, o el chocolate de cacao. De postre aconsejamos saborear los churros, muéganos, empanadas y buñuelos.