El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Los Huicholes, una etnia mágica

Nota sobre Los Huicholes, una etnia mágica

Los huicholes son una etnia indígena que habita en el occidente del territorio nacional, más precisamente, en las serranías de Jalisco, Nayarit y San Luis Potosí.

La lengua con la que se comunican está relacionada con el tronco yuto-azteca y también a una subfamilia del náhuatl. Los huicholes no fueron conquistados sino hasta las postrimerías del siglo XVII y los comienzos del siglo XVIII, aunque nunca aceptaron habitar en pueblos, sino que siguieron congregados en ?rancherías? en lo más profundo de las sierras. En dichas comunidades habitan parientes y se encuentran dirigidas por un jefe o anciano.

La mayoría de estos ancianos son chamanes y las actividades de las comunidades huicholas que guían, se orientan a la agricultura.

El territorio de estos indígenas mexicanos se divide en cinco diferentes regiones, aunque todas ellas están regidas por un gobernador huichol, al que eligen los ancianos de cada comunidad.

Estamos ante uno de los grupos indígenas que mejor han sabido preservar sus tradiciones y perspectivas de vida.

De hecho, la influencia que han recibido de la cosmovisión cristiana ha sido mínima. Gran parte de los dioses huicholes son personificaciones de las fuerzas de la naturaleza; otros más, son ?dueños? de diferentes variedades de animales, y en los mitos de esta etnia, los seres humanos y los animales silvestres, parecen confundirse. A tales seres divinos se les nombra con términos de parentesco, por ejemplo, el Hermano Mayor, la Abuela, la Madre, etc.

Para los indígenas huicholes, los primeros habitantes del mundo eran seres humanos y animales al mismo tiempo.

Dos de los cultos más relevantes de los huicholes, se relacionan con el peyote y el venado. El primero es un cacto que se desarrolla en la región central de nuestro país y que al ser ingerido, además de mitigar el hambre y la fatiga, causa visiones de fantásticos colores. Los huicholes desarrollan peregrinaciones rituales para consumir este alimento sagrado. En lo que se refiere al venado, para la cosmovisión huichola es un elemento imprescindible, junto con el mencionado hongo peyote y el maíz. El venado simboliza la fertilidad y la vida. Por lo consiguiente es la ofrenda de mayor importancia que se puede realizar para esta etnia. Y si bien estos animales no pertenecen a ninguna deidad en específico, al mismo tiempo, son considerados como dioses. Cierto mito huichol nos cuenta como, cuando se apareció el dios Hermano Mayor, lo hizo en la figura de un venado gigante, cuyas huellas se transformaban en peyotes.