El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

¿Las reconoces? Las emociones que los viajes te hacen sentir

Nota sobre ¿Las reconoces? Las emociones que los viajes te hacen sentir

Un viaje es un cambio físico de lugar que viene acompañado de emociones que lo convierten en una experiencia imborrable.

Un viaje no inicia cuando abordamos el avión o el bus, sino en el momento que decidimos hacerlo.

Tampoco implica únicamente un movimiento físico de un lugar a otro, también es una suma de emociones que experimentamos a cada minuto.

¿Has soñado despierto con tus vacaciones?¿Pensaste que tenías todo planificado y finalmente el destino termina rebasando tus expectativas?¿Terminaste adolorido después de caminar todo el día? Estas son algunas de las cosas que sentimos al viajar.

1. Emoción cuando los planeamos

Investigar en internet todas las cosas que podemos hacer en el lugar que visitaremos es como ya estar viajando.

Es un proceso emocionante que te hace pensar pues debes cuadrar presupuesto, priorizar entre todas las alternativas, etc. 2. Ansiedad cuando hacemos las maletas

El proceso de empacar puede ser estresante: acomodar todo en la maleta, cuidar que no se exceda de peso, volver a verificar que hemos tenemos lo necesario, cambiar de opinión y desarmar todo.

3. Alegría cuando estamos a punto de abordar

Ya en el asiento del avión o bus, no hay marcha atrás.

Por fin, después de meses de planear todo y organizarlo, iniciamos el viaje que tanto esperamos. 4. Sorpresa al descubrir todo lo que hay por ver

No es hasta que llegamos a nuestro destino que nos damos cuenta que había mucho más por hacer que lo que nos decía internet.

Llegó el momento de decidir: ceñirse al itinerario establecido o tomar el riesgo e improvisar. 5. Agotamiento cada noche

¿De qué sirve recorrer tantos kilómetros si no vas a aprovechar cada minuto de tu viaje? Despierta temprano y vuelve tarde al hotel, esa es la consigna.

Porque no hay mejor manera de conocer un lugar que caminando. 6. Paz al lado de la naturaleza

Si has elegido un destino para conectarte con la naturaleza, detente un momento.

Siéntate en el campo o frente al mar a respirar aire fresco, a disfrutar de las montañas o la playa, a escuchar las aves o el agua del río, a dejarte cautivar antes de volver a la selva de concreto. 7. Tristeza cuando nos toca regresar

Lamentablemente todo tiene un final, tarde o temprano deberás volver a casa.

Lo importante es que no permitas que un viaje pase sin dejar una huella en tu vida: por más largo o corto que sea debes aprovecharlo al máximo.

Y volvemos a la emoción al empezar a pensar en nuestra siguiente aventura, como un círculo que esperamos nunca termine.

¿Con cuántas de estas emociones te sentiste identificado?